Entonces no es verdad eso de que si te arrimabas a la
puerta o a las paredes del
transformador te quedabas pegaó y te morias??
Pues lo ponía bien clarito en aquella macabra
placa de latón oxidado con una calavera en relieve. ¡Que cosas, es a estas alturas de mi vida y aún nunca he osado tocar esas paredes!
Miedos de la infancia!