Haber nacido en el pueblo no creo yo que sea una infalible condición apriorística para conocerlo mejor o peor o saber más o menos de él (uno puede haber nacido allí y luego no haber vuelto a pisarlo, por ejemplo).
Lo que sí es seguro es que los nombres propios "Eva" y "Evarista" no tienen nada que ver el uno con el otro (digo yo que, al menos, el primero sí se sabe muy bien de dónde viene, y que no es, en ningún caso, un hipocorístico del segundo).
Ah, y a Eva, contrariamente a lo que en su día se dijo, no había que buscarla, en la tele, entre los invitados, bajo las incontables pamelas, sino, más bien, dada su peculiar condición, ¡en Salsa Rosa!
Lo que sí es seguro es que los nombres propios "Eva" y "Evarista" no tienen nada que ver el uno con el otro (digo yo que, al menos, el primero sí se sabe muy bien de dónde viene, y que no es, en ningún caso, un hipocorístico del segundo).
Ah, y a Eva, contrariamente a lo que en su día se dijo, no había que buscarla, en la tele, entre los invitados, bajo las incontables pamelas, sino, más bien, dada su peculiar condición, ¡en Salsa Rosa!