En efecto: Santa Teresa, camino de Andalucía, recogiendo limosnas para la causa de los pobres y de los favorecidos, se sacudió las alpargatas al abandonar el municipio. Y parece que la frase sigue teniendo sentido aún en nuestros días... Lástima. Ocaña es y seguirá siendo el de ayer, el de hoy y el de siempre. Está estancado, no avanza... Bueno, al menos no retrocede... Saludos.