A mi me parece que estamos cayendo en otro error muy típico de la sociedad ocañense: encunbramos a alguién, le hacemos creer que es fantástico, estúpendo y maravilloso, y peor aún: imprescindible, el sujeto en cuestión empieza a creérselo y desde ese punto comienza el acoso y derribo del personaje creado. Julio, ten cuidado con la gente de algunas cofradías a las que perteneces y que te rodean, pretenden que seas una marioneta en sus manos (es lo que les gusta: tú pones la cara y ellos intentan manejar los hilos, así si a alguien se la parten no es a ellos y a tí te dejan vendido. No creas todo lo que dicen y no te dejes llevar por esos cantos de sirena.