El asunto del trabajo (1).
Ocaña tiene una posición privilegiada, no ya solo en la región, si no en la nación completa. Equidistante de todas partes, tiene una red de carreteras como hay pocas, tiene ferrocarril (tanto normal a pie de pueblo, como AVE, cerca) y aeropuerto a menos de una hora. Y con la cercanía de la gran orbe que es Madrid, hecho que destila diversas ventajas y apenas inconvenientes.
Esta situación y características son las que hay que aprovechar para ver qué caminos nos llevan a conseguir puestos de trabajo.
Yo veo dos posibilidades: las propias de la actividad diaria local, que pueden generar algunos puestos de trabajo, y las derivadas de, como digo, la situación privilegiada de Ocaña.
La actividad diaria puede ofertar puestos de trabajo básicos: comercio, principalmente, y pequeñas industrias. Ambas tienen que luchar con la competencia cada vez más fuerte de, por un lado, los grandes centros comerciales, y por otro, de la deslocalización en la fabricación, que busca sitios donde la mano de obra sea más barata, para luego transportar lo que sea a donde sea.
Este tipo de actividad en Ocaña en los últimos tiempos apenas sí se ha mantenido. Esa competencia de grandes superficies o fábricas, por un lado, ha hecho disminuir la oferta de trabajo de la actividad local, pero por otro lado, el fuerte aumento de población permite que aún subsistan pequeños negocios y actividades "de las de toda la vida", gracias a que ahora su mercado es de 12 mil habitantes y no de 6 mil. De otra manera, la crisis ya se los hubiera llevado por delante.
Hay poco margen de mejora en la actividad local. Pero la hay. Es evidente que hay toda una serie de servicios que son necesarios a pie de calle, y que no pueden ser sustituidos por una visita semanal o mensual a una gran superficie. Hay muchas cosas que se consumen todos los días y debe existir suficiente oferta en los comercios y pequeñas industrias de la localidad, puesto que se consumen, eso es evidente.
Desde comida a ropa (nunca he entendido porqué en Ocaña poner una tienda de ropa es condenarte al cierre en menos de dos años casi con total certeza), pasando por pequeños electrodomésticos o servicios profesionales, por ejemplo.
Evidentemente, quien quiera competir en Ocaña en cualquiera de estas actividades u otras parecidas, tiene que ser competitivo en precio y en servicio, de eso no está libre nadie. Y ahí es donde quizá encontramos uno de los primeros problemas: un cierto inmovilismo y falta de innovación, falta de desarrollo comercial, falta de conocimiento para afinar la actividad que uno hace para tenerla siempre en vanguardia.
Estamos demasiado acostumbrados a poner en marcha una actividad y ya seguir así para siempre, refractarios a las novedades, a la competencia, a mejorar, a innovar, a ir por delante. Eso es una mentalidad que hay que cambiar.
Hay que poner a trabajar la cabeza y la mente para poder competir con grandes superficies, grandes fábricas, que sí, dan más variedad y buenos precios, pero que están lejos y nos atienden impersonalmente. Hay que ver qué debilidades tienen, y contraatacar con formas de trabajar que lo hagan mejor, y así atraigan clientes, y de esta manera, se creen puestos de trabajo.
Hace falta formación, conocimiento, ingenio, ganas, interés, esfuerzo, capacidad de sacrificio. Es complicado, pero son los tiempos que corren, hay que adaptarse y avanzar.
(Sigo en otro mensaje, que este ya se hace largo).
Buenas tardes.
Ocaña tiene una posición privilegiada, no ya solo en la región, si no en la nación completa. Equidistante de todas partes, tiene una red de carreteras como hay pocas, tiene ferrocarril (tanto normal a pie de pueblo, como AVE, cerca) y aeropuerto a menos de una hora. Y con la cercanía de la gran orbe que es Madrid, hecho que destila diversas ventajas y apenas inconvenientes.
Esta situación y características son las que hay que aprovechar para ver qué caminos nos llevan a conseguir puestos de trabajo.
Yo veo dos posibilidades: las propias de la actividad diaria local, que pueden generar algunos puestos de trabajo, y las derivadas de, como digo, la situación privilegiada de Ocaña.
La actividad diaria puede ofertar puestos de trabajo básicos: comercio, principalmente, y pequeñas industrias. Ambas tienen que luchar con la competencia cada vez más fuerte de, por un lado, los grandes centros comerciales, y por otro, de la deslocalización en la fabricación, que busca sitios donde la mano de obra sea más barata, para luego transportar lo que sea a donde sea.
Este tipo de actividad en Ocaña en los últimos tiempos apenas sí se ha mantenido. Esa competencia de grandes superficies o fábricas, por un lado, ha hecho disminuir la oferta de trabajo de la actividad local, pero por otro lado, el fuerte aumento de población permite que aún subsistan pequeños negocios y actividades "de las de toda la vida", gracias a que ahora su mercado es de 12 mil habitantes y no de 6 mil. De otra manera, la crisis ya se los hubiera llevado por delante.
Hay poco margen de mejora en la actividad local. Pero la hay. Es evidente que hay toda una serie de servicios que son necesarios a pie de calle, y que no pueden ser sustituidos por una visita semanal o mensual a una gran superficie. Hay muchas cosas que se consumen todos los días y debe existir suficiente oferta en los comercios y pequeñas industrias de la localidad, puesto que se consumen, eso es evidente.
Desde comida a ropa (nunca he entendido porqué en Ocaña poner una tienda de ropa es condenarte al cierre en menos de dos años casi con total certeza), pasando por pequeños electrodomésticos o servicios profesionales, por ejemplo.
Evidentemente, quien quiera competir en Ocaña en cualquiera de estas actividades u otras parecidas, tiene que ser competitivo en precio y en servicio, de eso no está libre nadie. Y ahí es donde quizá encontramos uno de los primeros problemas: un cierto inmovilismo y falta de innovación, falta de desarrollo comercial, falta de conocimiento para afinar la actividad que uno hace para tenerla siempre en vanguardia.
Estamos demasiado acostumbrados a poner en marcha una actividad y ya seguir así para siempre, refractarios a las novedades, a la competencia, a mejorar, a innovar, a ir por delante. Eso es una mentalidad que hay que cambiar.
Hay que poner a trabajar la cabeza y la mente para poder competir con grandes superficies, grandes fábricas, que sí, dan más variedad y buenos precios, pero que están lejos y nos atienden impersonalmente. Hay que ver qué debilidades tienen, y contraatacar con formas de trabajar que lo hagan mejor, y así atraigan clientes, y de esta manera, se creen puestos de trabajo.
Hace falta formación, conocimiento, ingenio, ganas, interés, esfuerzo, capacidad de sacrificio. Es complicado, pero son los tiempos que corren, hay que adaptarse y avanzar.
(Sigo en otro mensaje, que este ya se hace largo).
Buenas tardes.