Estimado D4v1d: Mira que siendo mujer, no tengo por menos que reconocer que me satisface que te preocupe la defensa de la mujer, pero, déjame que te diga, que esa defensa no debe ser más, ni primar, sobre la otra cuestión que se debate. El concepto de la libertad es tan amplio, que debe alcanzar por igual a todos los sectores de la actividad humana, o al menos a aquellos que se abrazan bajo el concepto de derechos fundamentales; uno de ellos, es la libertad de religión (más si se quiere, en un Estado como el nuestro que es laico/aconfesional). Pero insisto, como ya dije esta mañana, la cuestión se quiere revestir de religión, cuando su fondo es mucho más omnicomprensivo. Parece que, sin querer, hemos olvidado la historia de España y que el mundo musulmán estuvo -en lo que hoy creemos que son nuestras inexpugnables paredes-, más de 800 años y nos dejaron tanta cultura, que, cuando menos resulta alarmante el que se haya dejado de lado esta realidad tan importante. Podríamos hablar del dominio del agua (las canalizaciones son árabes), de la farmacopea (también árabe) y de tantas y tantas cosas, que me extendería demasiado y alguien podía tildarme de prolija. Quedémonos ahora con solo una: el respeto que el musulmán "invasor" tuvo para las creencias cristianas que, pacífica y largamente, habitaban nuestras tierras. El árabe respetó las creencias, rezos, lugares de concentración y filosofía religiosa que eran propias de la tierra hispano romana conquistada. Y ahora, con tantos años de progreso ¿lo vamos a hacer al contrario?. Es verdad que algunos desgraciados acontecimientos coetáneos, han desvirtuado e incluso vilipendiado, el identificador musulmán. A nadie se le escapa que radicales incontrolados propiciaron la detestable masacre del 11-S y saltándome muchos otros supuestos deleznables, cierro con el horrible 11-M español. Pero precisamente por eso y porque las personas pacíficas que defendemos a ultranza y sin rencores la libertad y la paz, hemos de dar una oportunidad a quienes, bajo la señera de su culto y su cultura, pretender compartir con nosotros un espacio libre, donde si entre todos, sembramos la armonía, crecerá el trigo limpio y verde para las venideras generaciones. Y no quiero quedar como pardilla: de los temas de seguridad (si es que esta se traspasa o se ve amenazada), ya se encargarán quienes tienen esa obligación de control: las distintas policías de todo orden que están legalmente constituidas en nuestro país.