Si es el impuesto a las transacciones financieras. Pero sin ponernos la mano en el corazón todos sabemos a quien se acabaría repercutiendo ese sobrecoste: a los clientes de los bancos. Insisto hay que convencer al gran capital que se acabaron rentabilidades bestiales y que toca repartirnos la carga y ojo que no es lo mismo ellos van a seguir ganando más que suficiente y nosotros nos vamos a tener que apretar la cincha pero bien