La primera parte muy buena y seria, la última, eso que tú eres capaz de deprimirte, es una de tus bromas al estilo manchego. Desde luego que hay que reivindicar la desaparición de esas injusticias que relatas, esas discriminaciones positivas de ser jubilado a los cuarenta y tanos, de cobrar pensiones vitalicias por estar sentado un poco en un escaño del congreso... creo que eso es muy importante porque presionar más aún fiscalmente al emprendeodr no es que le deprima, es que le obliga a autotulelarse con su ingenio y cuando el político da un salto, el emprendedor brinca cinco a la velocidad de vértigo, se aleja, se esconde y desde una madriguera profunda le lanza pedorretas insonoras y el otro va y no se entera y dice: ¡Ande andará!
Estimado PORRILLAS: En las medidas que ha adoptado el nuevo Gobierno, yo no veo ninguna que presione fiscalmente al emprendedor. Si que está claro que se han cebado con las rentas del trabajo (IRPF) y las rentas del capital. Las pequeñas empresas (con menos de 6 millones de facturación y menos de 25 empleados medios año) siguen con la misma tributación. Sólo veo una cuyo alcance no atisbo pero presumo, que es la pérdida de ventajas para el gasoleo profesional. Si he dicho algo incorrecto, espero que me corrijas con este nuevo estilo del que haces gala y que se agradece.
Al emprendedor le achuchan el riesgo de tener que pagar más tipo de gravamen si alcanza ciertos objetivos que al gobierno le parecen alto y a mí no. No me toquen las narices ni los sarmientos ni los barbudos. Eso es creminás. No se puede resetir. Voy a dormir que el pijama de madera me espera. Digame por qué una empresa paga solo iva al importar (así se considera una S. L. U.) y al "autónomo" le sacuden al llegar a la aduana un 4 % de clavo llamado "recargo de equivalencia". Eso es fomentar la gestación de sociedades capitalistas innecsarias; papeles para arriba, papeles para abajo, cuentas anulae, snotarios, registros... jooooooolin
Porrillas es muy facil montar una SL. Vete al PAIT (punto de asesoramiento e inicio de tramitación) del Registro Mercantil de Madrid que está en Príncipe de Vergara 94 y ellos te hacen todo a través del DUE (documento único electrónico). Tu solo tienes que desembolsar al menos 3.000 euros en una cuenta de la sociedad en constitución y llevar ese certificado de desembolso del banco, además la reserva de denominacion social que se saca en el Registro Central sito en príncipe de vergara esquina a María de Molina y tu DNI. Mas fácil, nada y a tributar al mínimo como pequeña empresa. Ojo y si hay dividendos estos ya van a tu IRPF pero exentos los 1.500 primeros euros si eres titular de las participaciones sociales mas de dos meses y el resto como renta mobiliaria. Que me dices?
Maria Sarmiento, estás hablando con un personaje muy peculiar, como puedes ver entiende de todo, es muy listo y lleva varios nombres. Lo que todos sabemos es que es más... que una mata de habas y vuelve a acaparar el foro para él solo, porque si crea un blog nadie lo visitará, y es aquí donde foga y se desahoga, porque no le escuchan ni en su casa de aquí ni la de Madrid, cerca de la plaza de Manuel Becerra.
Que os vaya bonito.
Que os vaya bonito.
Estimada Niña Frank: Leo objetivamente tus palabras sobre Porrillas y aún leídas con atención, sigo pensando que hay camino por recorrer. Aprovecho para dirigirme a tod@s l@s forer@s que me quieran leer. Cuando llegué a este foro, aún sin ser de Ocaña, pero viviendo en ella, me encontré un avispero de insultos cruzados. No le dí más importancia que la que, desgraciadamente, nos ha hecho vivir/soportar nuestro sistema en esta querida piel de toro: las habituales, históricas e incluso tradicionales -por familiares, ya de sangre, ya por afinidad- rencillas, propias de sitios reducidos y endogámicos, como pueblos y aldeas. En definitiva, luchas provincianas. Y pensé, tonta de mí, que se agotarían en sí mismas (probablemente porque no conocía su génesis).
Nunca he sido partidaria del insulto; primero porque sé, a ciencia cierta, que entontece los sentidos (esto lo aprendí en la escuela primaria) pues deja al cerebro -que no al corazón- en una posición cómoda, pero nada productiva. Y segundo, porque el insulto es, de por sí, vacío y carente de contenido. Entonces ¿para qué?. Para nada. O para peor.
Por eso, desde que empecé a escribir aquí -y lo digo sin ánimo de autocomplacencia- como much@s otr@s forer@s, he procurado exponer cosas positivas y asumiendo mis propias limitaciones.
Estos sitios, bien manejados, son muy útiles, pues nuestros políticos locales bucean en ellos, con la ventaja de ver que dice el "pueblo" sin tener que oir la desagradable crítica directa; y en ocasiones, les sirve para corregir el tiro errado. Y también para nosotros, los gobernados, que apoyados en el "saludable anonimato" podemos exponer con amplitud nuestras opiniones, críticas o aplausos.
Sin embargo, ayer, tras mi aportación societario fiscal -que creo que puede valer no solo para Porrillas, sino para cualquier otr@ que quiera iniciar una andadura empresarial-, veo, con estupor, que se enciende de nuevo la mecha, y ello, tras un período de serenidad que parecía consolidarse.
Ahora, si se me permite, voy a gritar un poco: POR FAVOR DEJEMOS LOS INSULTOS Y LAS RENCILLAS y volvamos a la senda: a denunciar, opinar, manifestar, inducir, proponer, aportar, ingeniar, corregir, crear... en definitiva, a ser palanca en la resolución de problemas (ya veréis como funciona y se resuelve lo del alumbrado de la calle Sancho Panza). O dicho de otro modo, a ver si somos capaces, entre todos, de "desdecir" a aquel gran poeta español que con tanta razón escribió aquello de "... una de las dos Españas ha de helarte el corazón. Españolito te guarde Dios...".
Nunca he sido partidaria del insulto; primero porque sé, a ciencia cierta, que entontece los sentidos (esto lo aprendí en la escuela primaria) pues deja al cerebro -que no al corazón- en una posición cómoda, pero nada productiva. Y segundo, porque el insulto es, de por sí, vacío y carente de contenido. Entonces ¿para qué?. Para nada. O para peor.
Por eso, desde que empecé a escribir aquí -y lo digo sin ánimo de autocomplacencia- como much@s otr@s forer@s, he procurado exponer cosas positivas y asumiendo mis propias limitaciones.
Estos sitios, bien manejados, son muy útiles, pues nuestros políticos locales bucean en ellos, con la ventaja de ver que dice el "pueblo" sin tener que oir la desagradable crítica directa; y en ocasiones, les sirve para corregir el tiro errado. Y también para nosotros, los gobernados, que apoyados en el "saludable anonimato" podemos exponer con amplitud nuestras opiniones, críticas o aplausos.
Sin embargo, ayer, tras mi aportación societario fiscal -que creo que puede valer no solo para Porrillas, sino para cualquier otr@ que quiera iniciar una andadura empresarial-, veo, con estupor, que se enciende de nuevo la mecha, y ello, tras un período de serenidad que parecía consolidarse.
Ahora, si se me permite, voy a gritar un poco: POR FAVOR DEJEMOS LOS INSULTOS Y LAS RENCILLAS y volvamos a la senda: a denunciar, opinar, manifestar, inducir, proponer, aportar, ingeniar, corregir, crear... en definitiva, a ser palanca en la resolución de problemas (ya veréis como funciona y se resuelve lo del alumbrado de la calle Sancho Panza). O dicho de otro modo, a ver si somos capaces, entre todos, de "desdecir" a aquel gran poeta español que con tanta razón escribió aquello de "... una de las dos Españas ha de helarte el corazón. Españolito te guarde Dios...".
Bravo por María Sarmiento, por su postura, cabal y sensata en el tema de los insultos. Yo soy Ocañense, tampoco hace mucho que entre en el foro, lo hice al principio con ánimo de curiosidad, luego de participar activamente y al final decidí no volver a escribir por la historia de los insultos aunque reconozco que de vez en cuando entro y leo. Acabé harto de ver esos graves insultos que algunos se dedicaban y por eso pensé que no tenía sentido aportar ideas en un sitio donde parecía que prevalecía la guerra inútil sobre las ideas.
María, he venido observando tu "lucha" contra esta forma de hacer y tu perseverancia es la que hoy me ha dado ánimo para volver a escribir y poder agradecer tu esfuerzo. Tú y los que sin decirlo tan abiertamente, son como tú, sois los que necesita este foro. Además de este objetivo que te has marcado (acabar con insultos y rifirafes groseros) he leído con detalle tus notas y veo que cuidas hasta la redacción. No tienes ni un solo error mecanográfico, y muchos menos faltas de ortografía. Todo está correctamente puntuado, con lo cual se ve claramente que hasta repasas detenidamente lo que escribes. Ese es otro valor, o al menos para mi que me gusta la lectura. Y podría dedicarte muchas más alababzas pero creo que, ni es el sitio, ni debo extenderme más porque se me entiende perfectamente. Si pudiera te daría las gracias en nombre de todos los foreros que solo quieren usar este medio como procedimiento para tratar de mejorar Ocaña, pero no puedo porque no tengo su representación. Ahora si, en mi nombre, ahí va mi más sincero reconocimiento y por favor, no abandones.
María, he venido observando tu "lucha" contra esta forma de hacer y tu perseverancia es la que hoy me ha dado ánimo para volver a escribir y poder agradecer tu esfuerzo. Tú y los que sin decirlo tan abiertamente, son como tú, sois los que necesita este foro. Además de este objetivo que te has marcado (acabar con insultos y rifirafes groseros) he leído con detalle tus notas y veo que cuidas hasta la redacción. No tienes ni un solo error mecanográfico, y muchos menos faltas de ortografía. Todo está correctamente puntuado, con lo cual se ve claramente que hasta repasas detenidamente lo que escribes. Ese es otro valor, o al menos para mi que me gusta la lectura. Y podría dedicarte muchas más alababzas pero creo que, ni es el sitio, ni debo extenderme más porque se me entiende perfectamente. Si pudiera te daría las gracias en nombre de todos los foreros que solo quieren usar este medio como procedimiento para tratar de mejorar Ocaña, pero no puedo porque no tengo su representación. Ahora si, en mi nombre, ahí va mi más sincero reconocimiento y por favor, no abandones.