Hasta ahora el gobierno nacional no ha hecho más que dar palos de ciego, como hacía el gobierno anterior, gobernando al dictado de los mercados.
Para justificar el sometimiento de sus obras a las directrices de los mercados y de la más famosa germana de todos los tiempos, lo que ha hecho a sido sacar a relucir los tópicos: Los profesores trabajan poco, pues se les aumenta la jornada semanal de trabajo. Los jubilados se aburren y van al médico a que les receten y como les sale gratis acumulan y acumulan medicamentos. Los funcionarios son unos vagos, se les va a acabar el café largo y la lectura del periódico, productividad efectiva, trabajarán más. Los jóvenes son unos son unos descerebrados, pues evitemos que se manifiesten endureciendo el código penal....
Había quien creía que Rajoy sería el salvador de este país, que vendría gobernando "como Dios manda" (como decía él en sus mítines, pues si se está haciendo así, mucha gente se va a acordar de Dios y no para bien), y en cuatro días con cuatro medidas a aplicar saldríamos a flote cual submarino emergiendo. Había muchos que lo creyeron, y había muchos que no lo creíamos, ahora nos dicen que son medidas necesarias; y al igual que hice en su día poniendo en duda que esta gente tuviera la solución, hoy pongo en duda que las medidas que se están tomando formen parte de la solución verdadera.
La solución está en que los banco empiecen a soltar dinero, en este país la economía depende de los préstamos y créditos que hacen fluir ese dinero. Hay que contener la deuda pública, pero también hay que hacer las pocas inversiones posibles. Los de abajo tenemos que consumir dentro de nuestras posibilidades, pero consumir al fin y al cabo. Y la administración facilitar ese consumo evitando estrujar el cuello a los más débiles.
Rajoy no es la solución, los recortes no son la solución. La solución somos los propios ciudadanos que aún tenemos capacidad de consumo, generemos la confianza que necesitan los mercados consumiendo desde abajo. El que tenga dinero y necesite una lavadora, que la compre ahora; el que tenga dinero y le apetezca una caña, que vaya al bar y consuma; el que pueda comprar un coche y lo necesite que no espere a que termine la crisis. El que tenga trabajo que se de de alta y no lo haga desde la sombra mientras consume la prestación por desempleo, y el que tenga dos trabajos y pueda vivir con uno solo que lo haga. Utópico todo lo que expongo, pero si lo pensamos friamente veremos que se puede hacer así, lo malo que tenemos que estar todos de acuerdo.
Que os vaya bonito.
Para justificar el sometimiento de sus obras a las directrices de los mercados y de la más famosa germana de todos los tiempos, lo que ha hecho a sido sacar a relucir los tópicos: Los profesores trabajan poco, pues se les aumenta la jornada semanal de trabajo. Los jubilados se aburren y van al médico a que les receten y como les sale gratis acumulan y acumulan medicamentos. Los funcionarios son unos vagos, se les va a acabar el café largo y la lectura del periódico, productividad efectiva, trabajarán más. Los jóvenes son unos son unos descerebrados, pues evitemos que se manifiesten endureciendo el código penal....
Había quien creía que Rajoy sería el salvador de este país, que vendría gobernando "como Dios manda" (como decía él en sus mítines, pues si se está haciendo así, mucha gente se va a acordar de Dios y no para bien), y en cuatro días con cuatro medidas a aplicar saldríamos a flote cual submarino emergiendo. Había muchos que lo creyeron, y había muchos que no lo creíamos, ahora nos dicen que son medidas necesarias; y al igual que hice en su día poniendo en duda que esta gente tuviera la solución, hoy pongo en duda que las medidas que se están tomando formen parte de la solución verdadera.
La solución está en que los banco empiecen a soltar dinero, en este país la economía depende de los préstamos y créditos que hacen fluir ese dinero. Hay que contener la deuda pública, pero también hay que hacer las pocas inversiones posibles. Los de abajo tenemos que consumir dentro de nuestras posibilidades, pero consumir al fin y al cabo. Y la administración facilitar ese consumo evitando estrujar el cuello a los más débiles.
Rajoy no es la solución, los recortes no son la solución. La solución somos los propios ciudadanos que aún tenemos capacidad de consumo, generemos la confianza que necesitan los mercados consumiendo desde abajo. El que tenga dinero y necesite una lavadora, que la compre ahora; el que tenga dinero y le apetezca una caña, que vaya al bar y consuma; el que pueda comprar un coche y lo necesite que no espere a que termine la crisis. El que tenga trabajo que se de de alta y no lo haga desde la sombra mientras consume la prestación por desempleo, y el que tenga dos trabajos y pueda vivir con uno solo que lo haga. Utópico todo lo que expongo, pero si lo pensamos friamente veremos que se puede hacer así, lo malo que tenemos que estar todos de acuerdo.
Que os vaya bonito.
