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El sistema:
Primero, y aunque te aburras (el conocimiento totalizado siempre aburre) tenemos que realizar un breve y rasante vuelo sobre el sistema, que te construye, día a día, tu propio menú configurado del Apocalipsis. Del que los analistas y “pensadores” del sistema nunca te contaron ni te pidieron opinión.

Y aquí un concepto central: El Apocalipsis capitalista no es una profecía bíblica, solamente, sino un conjunto de emergentes (climáticos, económicos, militares y sociales) que está generando el sistema capitalista en marcha hacia su autodestrucción.

Empecemos por definir la palabra “sistema”.

Según Wikipedia: “Un sistema es un conjunto de elementos relacionados íntimamente entre sí para alcanzar un objetivo. Un sistema real es una entidad material formada por partes organizadas (o sus “componentes”) que interactúan entre sí de manera que las propiedades del conjunto, sin contradecirlas, no pueden deducirse por completo de las propiedades de las partes”.

¿Y qué es el capitalismo? Un sistema. Dice Wikipedia: “El capitalismo es un sistema económico organizado principalmente en empresas que llevan a cabo la producción y el intercambio de bienes y servicios mediante transacciones en las que intervienen los precios y los mercados, es decir cuyo elemento es la mercancía pero además la producción de tales mercancías se hace mediante la explotación del trabajo asalariado, bajo un régimen de propiedad privada y el motivo o impulso es la producción y acumulación de ganancias en forma de capital”.

¿Y desde cuándo el sistema capitalista impuso y universalizó su “modelo” económico?

Señala Wikipedia: “Tanto los mercaderes como el comercio existen desde que existe la civilización, pero el capitalismo como sistema económico, en teoría, no apareció hasta el siglo XVI en Inglaterra sustituyendo al feudalismo. De esta forma al capitalismo, al igual que al dinero y la economía de mercado, se le atribuye un origen espontáneo o natural dentro de la edad moderna“.

¡Miren lo que venimos a descubrir! Lo que los comunicadores y disciplinadores mentales nos venden a diario como un “orden natural”, eterno e incuestionable, o una “civilización única” sin discusión, resulta que no es nada más que un modelo que rige (como “mundo único”) sobre nuestras vidas y nuestras cabezas desde hace un poco más de cinco siglos.

Pero volvamos a las crisis. O sea volvamos al capitalismo que rige nuestros destinos y determina si mañana vivimos, sufrimos o morimos.

La crisis sistémica:
Para entender el origen común de las crisis, primero hay que entender los modelos funcionales (interactivos y totalizantes) del capitalismo.

¿Qué tienen que ver entre sí Wall Street y el Complejo Militar Industrial, los hambrientos (de África, Asia y América Latina) y el ejército de desempleados por la crisis económica, con el Golfo Pérsico, el Cáucaso y los escudos misilísticos de la nueva “guerra fría” intercapitalista?.

Respuesta: Son fenómenos emergentes y causales que se retroalimentan entre sí dentro del sistema que los produce: El capitalismo.

El capitalismo no es exclusivamente un modelo económico, sino una articulación de modelos dentro de un sistema interactivo que funciona a partir de un objetivo central: La búsqueda de rentabilidad comercial y la concentración de riqueza en manos privadas.

Como sistema totalizado, en permanente interactividad, el capitalismo se articula en cuatro modelos centrales: El modelo económico, el modelo político, el modelo social y el modelo mental (que expresa conceptualmente a todos los modelos juntos).

O sea, el sistema capitalista se articula a partir de un modelo económico (el sistema de producción en manos privadas), un modelo político (instituciones administrativas), un modelo militar (instituciones armadas) un modelo social (instituciones ordenadoras de la convivencia) y un modelo mental (institución ordenadora del pensamiento social).

En sus distintas fases históricas de evolución y transformación dialécticas, el sistema capitalista (en función de la búsqueda de mayor rentabilidad) se expandió, traspasó fronteras y países y se “transnacionalizó” convirtiéndose no solamente en sistema económico dominante nivelado a escala global, sino también en una lógica universal vertebradora de “civilización dominante”. Aquí es donde comienza el Apocalipsis.

El sistema capitalista está fundado sobre las matemáticas (suma, multiplicación y resta) y un axioma original para construir la plusvalía: Comprar barato, vender caro, y generar rentabilidad privada con el trabajo social.

Aunque para ello tenga que condenar al hambre y a la pobreza a una masa mayoritaria (y creciente) de seres humanos y destruir el planeta que los contiene.

No obstante esta realidad funcional sistémica, que forma nuestra conciencia del ser y el no ser, que estructura nuestra mente y ordena nuestros pensamientos sociales, que se proyecta en nuestra cabeza como una cosmovisión de un mundo que discurre según un “orden natural”, nadie habla del sistema capitalista.

Los periodistas difunden noticias y análisis sin el sistema capitalista, los escritores escriben libros sin el sistema capitalista, los presidentes (que gerencian el Estado capitalista) hacen discursos sin el sistema capitalista, el humano (formado por el sistema capitalista) hace el amor, contrae enlace, tiene hijos y se divorcia sin el sistema capitalista. La lista es interminable.

¿Y para qué el poder hace desaparecer al sistema capitalista, cuyo programa ordena y nivela a escala planetaria toda la vida humana en sociedad?

Hay múltiples razones, pero sólo una de fondo: Si las mayorías identificaran al sistema capitalista, cómo funciona y se estructura, terminarían de un plumazo con la dominación en sus cabezas.

Y hay un axioma de máxima: Quien no identifique al sistema capitalista en su cabeza, va a seguir pensando que el Apocalipsis es solamente una profecía bíblica y una teoría “conspirativa”. O sea va a creer lo que el sistema quiere que crea.

En resumen, el Apocalipsis capitalista no es una profecía bíblica o una teoría conspirativa, forma parte de tu propia realidad existencial y planetaria que el sistema esconde para mantenerte en la ignorancia.

Cuando escuches sobre un nuevo terremoto o una tragedia masiva, crisis económica global o conflictos militares por los mercados, solo estarás viendo una nueva parte descompuesta del Apocalipsis. Hasta que llegue el desenlace por acumulación de contradicciones.

Y no será la obra de Dios o del Diablo, sino un emergente (extremo) del sistema. Pura lógica matemática.

Manuel Freytas.

PIENSA! INVESTIGA! RAZONA! NO HAY MÁS CIEGO QUE EL QUE NO QUIERE VER!

LA VERDAD NOS HARÁ LIBRES!