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OCAÑA: Al menos aquí en España, desde tiempos inmemoriales...

Al menos aquí en España, desde tiempos inmemoriales se ha impuesto este comportamiento de: "Quién tiene padrino se bautiza". Inmediatamente se impone lo de la recomendación. Todo el mundo va o ha sido recomendado por alguien para optar a cualquier circunstancia de la vida. Nos intercambiamos tarjetas para ir en nombre de, de parte de o simpelemnte, de mi parte. Es frase corriente ir de parte de alguien al que se supone inluyente o cercano al destino que se desea alcanzar.
Dicho esto, la exageración de la influencia o la recomendación, resulta denigrante, injusto e intolerable para quien la solicita y para el que la atiende. Repasen la cantidad de gente que hay en ciertos organismos de Ocaña puestos e impuestos por el dedo del jerifalte de turno. Y cuando la recomendación llega a la más infima condición humana, alcanza hasta el más limpio y aséptico mundo de los niños. Dar un premio a un niño por influencias puede acarrear gravísimos traumas a los demás niños que no comprenden la vileza de tal acción. No sé si los padres que han visto a sus hijos favorecidos injustamente pueden tener su conciencia tranquila a sabiendas que puede haber otros que lloran amargamente de impotencia. Yo he visto a lo largo de mi vida concesión de becas, premios, dádivas y todo tipo de regalos, a quien no se lo merecía. Incluso he podido comprobar como en ciertas tómbolas de caridad se concedían regalos a familiares y amigos con la compra de una sóla papeleta. Lo podría demostrar y a alguno se le atragantaría esa comunión que tan alegremente practican. Ya saben, a Dios rogando y... He visto y comprobado coneceder premios a carrozas en la fería por pura influencia familiar, primeros premios de dibujo en cualquier otra "competición". Y dicho esto, he visto y comprobado como se han dado puestos de trabajo a familiares y amigos, con un curriculos muchísimo peor que quienes sí se lo merecían y los "derrotados" se han quedado humillados e insultados. Hasta que haya alguién que denuncie públicamente estas barbaridades, en España se seguirá practicando el amiguismo. Yo, personalmente, me he tenido que tragar sapos y culebras al ver como se despreciaba a mis hijos y a mí mismo, persona de baja cuna pero de alta honra, por no pertenecer a ningún grupo de presión. Aquí o perteneces a alguna organización o institución de representación social o te pudres... A no ser que demuestres que tú y tus hijos valéis más, mucho más, que todos esos ventajistas que todo lo consiguen reptando.
Espero no haber faltado a nadie, pero a esta sociedad dieciochesca hay que cambiarla ya. No se cómo, al menos yo nunca he aceptado bufandas, ni tapabocas, ni mordazas... Saludos desde el Imperio Romano de este insigne Emprador venido a menos.