Un país donde las verdades sólo se pueden decir bajo pseudónimo, es un país amordazado por los mismos que opinan "libremente" amparados en el anonimato. Nos hemos convertio en canivales del pensamiento. Aquí la libertad de expresión es pura utopía. Aquí se siente pánico a expresar una opinión por sentirse amenazado por la arremetida del bondadoso demagogo de cara descubierta. Aquí se dice una cosa y la contraria segun se sienta uno protegido por el oscuro anonimato o no. Aquí se es estupendo y valeroso escondido en el ciberespacio. Aquí se espera a la muerte disfrazdo de muerte en el Arena o en el parque municpal. Aquí se es creyente, practicante y fervoroso devoto, mientras las niñas y los niños, los hijos, salen a las nueve de la noche y vuelven a las ocho de la mañana con conscientcia o inconsciencia. Aquí muchos practicantes lo que en realidad practican es la doble o triple moral. Aquí los padres que sufren encantanmiento religioso dicen que estaba de Dios que pasase semjante tragedia, como si Dios quisiera implantar tagedias en una sociedad que ya vive trágicamente cada dia. ¿Y que pintan los políticos en todo esto? Es que acaso los políticos existentes no son una consecuencia de esta sociedad que navega sin rumbo y bajo mínimos. Sí, hasta los que viven en la Moraleja viven tragedias, aunque naufraguen en la opulencia. Cuando se hundió el Titanic, los mismo murieron los que viajaban en cubierta que los que lo hacían en primera clase. Por cierto, cuando me conecto con "El Perfil" de Ocaña vía internet jamás he leído una crítica valiente. Sí, no sea que se nos acabe el chollo a todos. Tranquilos que dentro de nada llega la navidad y despues arnavales y despues... despues tendremos muchas más oportunidades para segur disfrazados. Y yo, como vosotros, practico el anonimato, aunque al final huya de mi el fantasma de Petronio Segundo Craso arrepentido de haberse reencarnado en mí...
Que tanga que venir yo de Roma para decir esto...
Que tanga que venir yo de Roma para decir esto...