RITOS INICIALES
ENTRADA Y SALUDO
En las solemnidades y fiestas, e incluso domingos, puede haber procesión de entrada. El sacerdote puede entrar por la puerta central o posterior del templo en procesión, acompañado de los acólitos o de otras personas para así hacer más solemne la introducción a la misa.
Mientras hay procesión, se va cantando. Si hay incensación, el... canto concluye al terminar la incensación del altar. Cuando no hay incensación o procesión solemne, el sacerdote entra solo o acompañado por los acólitos. Se puede cantar una canción de entrada. Al llegar al altar, el sacerdote lo besa.
El beso al altar, que representa a Cristo, es como un beso a Jesús, para que cuando llegue el momento de la consagración encuentre ese beso de amor. Por ello, es bueno que los fieles se unan a este beso, besando en su corazón a Jesús y diciéndole algo así como: Jesús, te amo. Después, el sacerdote comienza la Misa en el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, haciendo la señal de la cruz. Siempre debemos recordar que la Misa es una acción de Dios uno y trino y que las tres personas están siempre unidas.
A continuación, el sacerdote saluda al pueblo, diciendo una de las fórmulas establecidas. Cuando dice: El Señor esté con vosotros, no se está refiriendo sólo a las personas presentes, que deben responder: y con tu espíritu; también se refiere a todos los ángeles y santos y a toda la creación. María siempre está presente y lo mismo san José con todos los santos. En el momento en que el sacerdote se acerca el altar, es como si se abriera el cielo con la Santísima Trinidad al frente, para contemplar el memorial del amor infinito de Dios, que es la Misa, es decir, la obra maravillosa de amor que Dios trino ha realizado en la tierra por medio de la vida, muerte y resurrección de Jesús, y que se sigue haciendo realidad en cada Misa celebrada.
ENTRADA Y SALUDO
En las solemnidades y fiestas, e incluso domingos, puede haber procesión de entrada. El sacerdote puede entrar por la puerta central o posterior del templo en procesión, acompañado de los acólitos o de otras personas para así hacer más solemne la introducción a la misa.
Mientras hay procesión, se va cantando. Si hay incensación, el... canto concluye al terminar la incensación del altar. Cuando no hay incensación o procesión solemne, el sacerdote entra solo o acompañado por los acólitos. Se puede cantar una canción de entrada. Al llegar al altar, el sacerdote lo besa.
El beso al altar, que representa a Cristo, es como un beso a Jesús, para que cuando llegue el momento de la consagración encuentre ese beso de amor. Por ello, es bueno que los fieles se unan a este beso, besando en su corazón a Jesús y diciéndole algo así como: Jesús, te amo. Después, el sacerdote comienza la Misa en el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, haciendo la señal de la cruz. Siempre debemos recordar que la Misa es una acción de Dios uno y trino y que las tres personas están siempre unidas.
A continuación, el sacerdote saluda al pueblo, diciendo una de las fórmulas establecidas. Cuando dice: El Señor esté con vosotros, no se está refiriendo sólo a las personas presentes, que deben responder: y con tu espíritu; también se refiere a todos los ángeles y santos y a toda la creación. María siempre está presente y lo mismo san José con todos los santos. En el momento en que el sacerdote se acerca el altar, es como si se abriera el cielo con la Santísima Trinidad al frente, para contemplar el memorial del amor infinito de Dios, que es la Misa, es decir, la obra maravillosa de amor que Dios trino ha realizado en la tierra por medio de la vida, muerte y resurrección de Jesús, y que se sigue haciendo realidad en cada Misa celebrada.