San Gabriel de la Dolorosa nacido en Asís, el 1 de marzo de 1838, es el nombre religioso de Francesco Possenti. Era el menor de los trece hijos de una familia de clase media alta; en 1841, su madre murió, cuando el futuro santo tenía cuatro años de edad, y fue criado por su padre y hermanos. Su padre era un personaje muy importante en aq... uel entonces: comerciante y embajador de los Estados Pontificios.
Francesco se trasladó con su familia a la ciudad de Spoleto e inició sus estudios en el Internado de los Hermanos de las Escuelas Cristianas (lasallanos) y en el liceo jesuita de dicha ciudad. Muchacho guapo, alegre y cariñoso, pero irresponsable y algo mimado por ser el más joven de la numerosa familia Possenti, recibió la llamada divina varias veces (dos de ellas durante graves enfermedades, otra tras la muerte de una de sus hermanas mayores), pero o la rechazaba o la postergaba por diversas razones; pero mientras asistía a una procesión mariana, tuvo una visión donde la imagen de la Virgen se movía y le decía que ya no postergase su aceptación del servicio de Dios, y decidió entrar a la vida religiosa definitivamente, pese a las objeciones de su familia que casi consideró esto como un capricho adolescente.
En 1856 convence a su gente de la sinceridad de sus intenciones, recibe la aprobación formal de su padre e ingresa como religioso pasionista en el noviciado de Morrovalle, Macerata, tomando el nombre de Hermano Gabriel de la Virgen Dolorosa. En su breve pero fructífero tiempo como religioso, Gabriel se caracterizó por su piedad, su infatigable vida de oración y penitencia, y sobre todo, por su amor a Cristo y la Eucaristía.
Su vida religiosa fue breve. Apenas unos seis años. Pero en él se cumple lo que dice el Libro de la Sabiduría: "Terminó sus días en breve tiempo, pero ganó tanto premio como si hubiera vivido muchos años".
Su naturaleza protestaba porque la vida religiosa era austera y rígida, pero nadie se daba cuenta en lo exterior de las repugnancias casi invencibles que su cuerpo sentí ante las austeridades y penitencias. Su director espiritual sí lo sabía muy bien.
Al empezar los estudios en el seminario mayor para prepararse al sacerdocio, leyó unas palabras que le sirvieron como de lema para todos sus estudios, y fueron escritas por un sabio de su comunidad, San Vicente María Strambi. Son las siguientes: "Los que se preparan para ser predicadores o catequistas, piensen mientras estudian, que una inmensa cantidad de pobres pecadores les suplica diciendo: por favor: prepárense bien, para que logren llevarnos a nosotros a la eterna salvación". Este consejo tan provechoso lo incitó a dedicarse a los estudios religiosos con todo el entusiasmo de su espíritu.
Cuando ya Gabriel está bastante cerca de llegar al sacerdocio le llega la terrible enfermedad de la tuberculosis. Tiene que recluirse en la enfermería, y allí acepta con toda alegría y gran paciencia lo que Dios ha permitido que le suceda. De vómito de sangre en vómito de sangre, de ahogo en ahogo, vive todo un año repitiendo de vez en cuando lo que Jesús decía en el Huerto de los Olivos: "Padre, si no es posible que pase de mí este cáliz de amargura, que se cumpla en mí tu santa voluntad".
Cuando los primeros rayos del sol entraban por la ventana de su celda en la mañana del 27 de febrero de 1862, después de recibir los santos sacramentos y de haber pedido perdón a todos por cualquier mal ejemplo que les hubiera podido dar, cruzó sus manos sobre el pecho y quedó como si estuviera plácidamente dormido, Gabriel murió en el Monasterio Pasionista de Isola del Gran Sasso víctima de tuberculosis. Sus reliquias hoy se veneran en un moderno santuario contiguo al antiguo monasterio en el mismo pueblo donde falleció muy cerca de Teramo.
Fue beatificado por San Pío X en 1908 y canonizado por S. S. Benedicto XV el 13 de mayo de 1920.
Fue declarado Patrono de la Juventud Católica Italiana, cinco años después. La santa seglar pasionista, Gema Galgani le atribuyó su curación de una grave meningitis después de leer la vida de San Gabriel de la Dolorosa, quedando profundamente vinculada espiritualmente con él y este se le apareció en muchas ocasiones para guiarla y consolarla.
Es el patrono de los estudiantes, sobre todo los seminaristas; algunos le consideran también el patrono no oficial de los francotiradores, debido a una popular leyenda urbana que dice que Gabriel logró disuadir a un escuadrón de partidarios de Giuseppe Garibaldi de arrasar Isola, usando su manejo de armas de tiro (adquirido en sus tiempos laicos) para desarmar a dos de los mercenarios sin matarlos, salvando a su ciudad de la destrucción.
Francesco se trasladó con su familia a la ciudad de Spoleto e inició sus estudios en el Internado de los Hermanos de las Escuelas Cristianas (lasallanos) y en el liceo jesuita de dicha ciudad. Muchacho guapo, alegre y cariñoso, pero irresponsable y algo mimado por ser el más joven de la numerosa familia Possenti, recibió la llamada divina varias veces (dos de ellas durante graves enfermedades, otra tras la muerte de una de sus hermanas mayores), pero o la rechazaba o la postergaba por diversas razones; pero mientras asistía a una procesión mariana, tuvo una visión donde la imagen de la Virgen se movía y le decía que ya no postergase su aceptación del servicio de Dios, y decidió entrar a la vida religiosa definitivamente, pese a las objeciones de su familia que casi consideró esto como un capricho adolescente.
En 1856 convence a su gente de la sinceridad de sus intenciones, recibe la aprobación formal de su padre e ingresa como religioso pasionista en el noviciado de Morrovalle, Macerata, tomando el nombre de Hermano Gabriel de la Virgen Dolorosa. En su breve pero fructífero tiempo como religioso, Gabriel se caracterizó por su piedad, su infatigable vida de oración y penitencia, y sobre todo, por su amor a Cristo y la Eucaristía.
Su vida religiosa fue breve. Apenas unos seis años. Pero en él se cumple lo que dice el Libro de la Sabiduría: "Terminó sus días en breve tiempo, pero ganó tanto premio como si hubiera vivido muchos años".
Su naturaleza protestaba porque la vida religiosa era austera y rígida, pero nadie se daba cuenta en lo exterior de las repugnancias casi invencibles que su cuerpo sentí ante las austeridades y penitencias. Su director espiritual sí lo sabía muy bien.
Al empezar los estudios en el seminario mayor para prepararse al sacerdocio, leyó unas palabras que le sirvieron como de lema para todos sus estudios, y fueron escritas por un sabio de su comunidad, San Vicente María Strambi. Son las siguientes: "Los que se preparan para ser predicadores o catequistas, piensen mientras estudian, que una inmensa cantidad de pobres pecadores les suplica diciendo: por favor: prepárense bien, para que logren llevarnos a nosotros a la eterna salvación". Este consejo tan provechoso lo incitó a dedicarse a los estudios religiosos con todo el entusiasmo de su espíritu.
Cuando ya Gabriel está bastante cerca de llegar al sacerdocio le llega la terrible enfermedad de la tuberculosis. Tiene que recluirse en la enfermería, y allí acepta con toda alegría y gran paciencia lo que Dios ha permitido que le suceda. De vómito de sangre en vómito de sangre, de ahogo en ahogo, vive todo un año repitiendo de vez en cuando lo que Jesús decía en el Huerto de los Olivos: "Padre, si no es posible que pase de mí este cáliz de amargura, que se cumpla en mí tu santa voluntad".
Cuando los primeros rayos del sol entraban por la ventana de su celda en la mañana del 27 de febrero de 1862, después de recibir los santos sacramentos y de haber pedido perdón a todos por cualquier mal ejemplo que les hubiera podido dar, cruzó sus manos sobre el pecho y quedó como si estuviera plácidamente dormido, Gabriel murió en el Monasterio Pasionista de Isola del Gran Sasso víctima de tuberculosis. Sus reliquias hoy se veneran en un moderno santuario contiguo al antiguo monasterio en el mismo pueblo donde falleció muy cerca de Teramo.
Fue beatificado por San Pío X en 1908 y canonizado por S. S. Benedicto XV el 13 de mayo de 1920.
Fue declarado Patrono de la Juventud Católica Italiana, cinco años después. La santa seglar pasionista, Gema Galgani le atribuyó su curación de una grave meningitis después de leer la vida de San Gabriel de la Dolorosa, quedando profundamente vinculada espiritualmente con él y este se le apareció en muchas ocasiones para guiarla y consolarla.
Es el patrono de los estudiantes, sobre todo los seminaristas; algunos le consideran también el patrono no oficial de los francotiradores, debido a una popular leyenda urbana que dice que Gabriel logró disuadir a un escuadrón de partidarios de Giuseppe Garibaldi de arrasar Isola, usando su manejo de armas de tiro (adquirido en sus tiempos laicos) para desarmar a dos de los mercenarios sin matarlos, salvando a su ciudad de la destrucción.