No todo han sido loas en honor a la Dama de Hierro. A las celebraciones espontáneas con champán en Glasgow y en Brixton se han unido un puñado de voces críticas que han recordado a Margaret Thatcher como "la 'premier' más destructiva de todos los tiempos" (Ken Loach) o «la política más odiada y sin un átomo de humanidad (Morrisey) enemiga número uno de la clase trabajadora» (el ex minero y sindicalista David Hopper).
" ¡Que se queme en el fuego del infierno!", fue el comentario en Twitter del diputado ex laborista George Galloway, con vínculo incluido al tema legendario de Elvis Costello, 'Tramp the dirt down': "Cuando Inglaterra era la puta del mundo, Margaret era su madam"...
El líder de los Smith, Morrisey, convertido en algo así como la voz de la conciencia de la "otra" Gran Bretaña, tampoco ahorró invectivas: «Fue una persona testaruda y llena de negatividad, que nunca quiso escuchar. Odiaba a los mineros, odiaba a las artes, odiaba a los ingleses pobres, odiaba a Greenpeace. No es raro que sus propios ministros la dieran la patada».
Desde Dublín, el presidente del Sinn Fein y ex miembro del IRA Gerry Adams, hizo una lectura muy distinta a la del común de los políticos sobre el legado de Thatcher: "Sus políticas hicieron mucho daño tanto a los irlandeses como a los británicos. En Irlanda, sus soluciones draconianas y militaristas prolongaron la situación de guerra y sufrimiento".
En Suráfrica tampoco hubo un llanto colectivo. El presidente y ex prisionero político Jacob Zuma se limitó a extender sus "condolencias" a la familia, mientras que el portavoz del Congreso Nacional Africano, Pallo Jordan, no se mordió la lengua: «Yo he mandado una carta de felicitación al pueblo británico... Ella fue una de las mayores defensoras del régimen del apartheid, junto con Ronald Reagan. Al final me tuve que sentar con ella y con Nelson Mandela en el 91. Nos llegó a llamar terroristas, pero no lo quedó otra opción que dar la mano a los 'terroristas'".
El sindicalista David Hopper, que libró un pulso personal con ella durante la huelga de los mineros en 1984, aseguró haber celebrado su muerte «como el mejor de mi cumpleaños». "Thatcher nos dio el golpe de gracia", declaró Hopper a The Guardian. "Destrozó por completo nuestras comunidades y les negó el futuro a nuestros hijos. Aún arrastramos esa herencia en Durham y en muchos otros lugares del norte de Inglaterra. El único consuelo que me queda es haber vivido más que ella».
'Una líder de impacto'
Frente a los políticos que reclaman el lugar de Margaret Thatcher junto a Winston Churchill en el panteón de la política británica, el cineasta Ken Loach –cronista por antonomasia de la clase obrera- despidió a la Dama de Hierro como «la «premier» más divisiva y destructiva de los tiempos modernos».
"Desempleo en masa, fábricas cerradas, comunidades destruidas: ese fue su legado", según Ken Loach. "Sus victorias fueron posibles gracias a un puñado de líderes corruptos entre los laboristas y a la complicidad de algunos sindicalistas. Gracias a sus políticas neoliberales estamos en el lío en el que estamos ahora".
Loach se sumó hace tiempo a una petición para reclamar la «privatización» del funeral de Thatcher y evitar que se destine "un solo penique de los contribuyentes" en los fastos previstos para su despedida.
En contraste con Tony Blair, que se deshizo en elogios y la despidió como «una líder de impacto global», el ex alcalde laborista de Londres Ken Livigstone criticó duramente a Thatcher "por haber dilapidado la industria y haber condenado al paro a más de dos millones de británicos".
A las puertas de la casa de Thatcher en el barrio de Belgravia, junto a las flores y los recordatorios ("Serás siempre nuestra inspiración"), alguien dejó ayer un bote de leche amarga en las escaleras. Fue un modo silencioso de protesta por los recortes sociales, que dejaron sin leche a las escuelas públicas y dieron pie al famoso refrán: "Thatcher, the milk snatcher"...
" ¡Que se queme en el fuego del infierno!", fue el comentario en Twitter del diputado ex laborista George Galloway, con vínculo incluido al tema legendario de Elvis Costello, 'Tramp the dirt down': "Cuando Inglaterra era la puta del mundo, Margaret era su madam"...
El líder de los Smith, Morrisey, convertido en algo así como la voz de la conciencia de la "otra" Gran Bretaña, tampoco ahorró invectivas: «Fue una persona testaruda y llena de negatividad, que nunca quiso escuchar. Odiaba a los mineros, odiaba a las artes, odiaba a los ingleses pobres, odiaba a Greenpeace. No es raro que sus propios ministros la dieran la patada».
Desde Dublín, el presidente del Sinn Fein y ex miembro del IRA Gerry Adams, hizo una lectura muy distinta a la del común de los políticos sobre el legado de Thatcher: "Sus políticas hicieron mucho daño tanto a los irlandeses como a los británicos. En Irlanda, sus soluciones draconianas y militaristas prolongaron la situación de guerra y sufrimiento".
En Suráfrica tampoco hubo un llanto colectivo. El presidente y ex prisionero político Jacob Zuma se limitó a extender sus "condolencias" a la familia, mientras que el portavoz del Congreso Nacional Africano, Pallo Jordan, no se mordió la lengua: «Yo he mandado una carta de felicitación al pueblo británico... Ella fue una de las mayores defensoras del régimen del apartheid, junto con Ronald Reagan. Al final me tuve que sentar con ella y con Nelson Mandela en el 91. Nos llegó a llamar terroristas, pero no lo quedó otra opción que dar la mano a los 'terroristas'".
El sindicalista David Hopper, que libró un pulso personal con ella durante la huelga de los mineros en 1984, aseguró haber celebrado su muerte «como el mejor de mi cumpleaños». "Thatcher nos dio el golpe de gracia", declaró Hopper a The Guardian. "Destrozó por completo nuestras comunidades y les negó el futuro a nuestros hijos. Aún arrastramos esa herencia en Durham y en muchos otros lugares del norte de Inglaterra. El único consuelo que me queda es haber vivido más que ella».
'Una líder de impacto'
Frente a los políticos que reclaman el lugar de Margaret Thatcher junto a Winston Churchill en el panteón de la política británica, el cineasta Ken Loach –cronista por antonomasia de la clase obrera- despidió a la Dama de Hierro como «la «premier» más divisiva y destructiva de los tiempos modernos».
"Desempleo en masa, fábricas cerradas, comunidades destruidas: ese fue su legado", según Ken Loach. "Sus victorias fueron posibles gracias a un puñado de líderes corruptos entre los laboristas y a la complicidad de algunos sindicalistas. Gracias a sus políticas neoliberales estamos en el lío en el que estamos ahora".
Loach se sumó hace tiempo a una petición para reclamar la «privatización» del funeral de Thatcher y evitar que se destine "un solo penique de los contribuyentes" en los fastos previstos para su despedida.
En contraste con Tony Blair, que se deshizo en elogios y la despidió como «una líder de impacto global», el ex alcalde laborista de Londres Ken Livigstone criticó duramente a Thatcher "por haber dilapidado la industria y haber condenado al paro a más de dos millones de británicos".
A las puertas de la casa de Thatcher en el barrio de Belgravia, junto a las flores y los recordatorios ("Serás siempre nuestra inspiración"), alguien dejó ayer un bote de leche amarga en las escaleras. Fue un modo silencioso de protesta por los recortes sociales, que dejaron sin leche a las escuelas públicas y dieron pie al famoso refrán: "Thatcher, the milk snatcher"...