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OCAÑA: San Damián de Molokai, sacerdote, 15-4-2013....

San Damián de Molokai, sacerdote, 15-4-2013.
Jozef de Veuster nació el 3 de enero de 1840, en Tremeloo (Bélgica), de una pareja de granjeros. De pequeño en la escuela ya gozaba haciendo como obras manuales, casitas como la de los misioneros en las selvas. Tenía ese deseo interior de ir un día a lejanas tierras a misionar. Un día con apenas de ocho años dispuso irse con su hermana a vivir como ermi... taños en un bosque solitario, a dedicarse a la oración. El susto de la familia fue grande cuando notó su desaparición. Afortunadamente unos campesinos los encontraron y los devolvieron a casa.
De joven fue arrollado por una carroza, y se levantó sin ninguna herida. El médico que lo revisó exclamó: "Este muchacho tiene energías para emprender trabajos muy grandes". Tuvo que trabajar muy duro en el campo para ayudar a sus padres que eran muy pobres. Esto le dio una gran fortaleza y lo hizo práctico en muchos trabajos de construcción, de albañilería y de cultivo de tierras, lo cual le iba a ser muy útil en la isla lejana donde más tarde iba a misionar.
A los 18 años lo enviaron a Bruselas a estudiar, pero los compañeros se le burlaban por el modo campesino que tenía de hablar y de comportarse. Al principio aguantó con paciencia, pero un día, cuando las burlas llegaron a extremos, agarró por los hombros a uno de los peores burladores y con él derribó a otros cuatro. Todos rieron, pero en adelante ya le tuvieron respeto y, pronto, con su amabilidad se ganó las simpatías de sus compañeros.
A los 19 años escribió a sus padres pidiéndoles permiso para entrar de religioso en la Congregación de Misioneros de los Sagrados Corazones de Jesús y de María. Su hermano Jorge se burlaba de él diciéndole que era mejor ganar dinero que dedicarse a ganar almas.
Siguiendo los pasos de su hermano Augusto, quien adoptó en la congregación el nombre de Pánfilo, José (Jozef) comenzó su noviciado en Lovaina (Leuven) con el nombre de Damián el 2 de febrero de 1859. Muchas veces se arrodillaba ante la imagen del gran misionero, San Francisco Javier y le decía: "Por favor alcánzame de Dios la gracia de ser un misionero, como tú". Y en 1863, sucedió que su hermano Augusto, quien había sido destinado a la misión en las islas Hawái, fue afectado por el tifus lo que le imposibilitó viajar. Damián obtuvo el permiso del Superior General de París para reemplazarlo. En noviembre de 1863, Damián partió desde Bremen (Alemania) en el buque «R. M. Wood» con destino al archipiélago de Hawái en el Océano Pacífico.
En 1863 zarpó hacia su lejana misión en el viaje se hizo amigo del capitán del barco, que le dijo: "yo nunca me confieso, soy mal católico, pero le digo que con usted si me confesaría". Damián le respondió: "Todavía no soy sacerdote pero espero un día, cuando ya sea sacerdote, tener el gusto de absolverle todos sus pecados". Años más tarde esto se cumplirá de manera formidable.
El 19 de marzo de 1864 llegó al puerto de Honolulu, en el interior de la ciudad de Honolulu como misionero. Allí, Damián fue ordenado sacerdote el 24 de marzo de 1864 en la Catedral de Nuestra Señora de la Paz, una iglesia establecida por su Orden Religiosa. Trabajó en varias parroquias en la isla de Oʻ ahu en el tiempo en que el reino sufría una crisis de salud, por lo que fue enviado a una pequeña isla del archipiélago. Las primeras noches las pasó debajo de una palmera, porque no tenía casa para vivir. Casi todos los habitantes de la isla eran protestantes. Con la ayuda de unos pocos campesinos católicos construyó una capilla con techo de paja; y allí empezó a celebrar y a catequizar. Luego se dedicó con tanto cariño a todas las gentes, que los protestantes fueron abrazando la fe católica. Fue visitando uno a uno todos los ranchos de la isla y acabando con muchas creencias supersticiosas de esas pobres gentes y reemplazándolas por las verdaderas creencias. Llevaba medicinas y lograba la curación de numerosos enfermos. Pero había por allí unos que eran incurables: eran los leprosos.
Temeroso de que se esparciera la plaga, el rey Kamehameha IV segregó a los leprosos del reino trasladándolos a una colonia establecida para ellos en el Norte, en la isla de Molokai. La “Royal Board of Health” los proveyó con suministros y comida, pero no tenían todavía los medios apropiados para ayudar médicamente. En 1865 el Padre Damián fue asignado a la Misión Católica en el Norte de Kohala en la misma isla de Hawái. Mientras que monseñor Louis Maigret, vicario apostólico, creía que los leprosos necesitaban por lo menos un sacerdote que pudiera cubrir sus necesidades religiosas y proveerlos con los Santos Sacramentos, él sabía que tal asignación podía ser potencialmente una sentencia de muerte. Después de pensarlo durante un tiempo, el Padre Damián solicitó a Monseñor Maigret permiso para ir a Molokai.
El 10 de mayo de 1873 llego a la isla de los leprosos. Antes de partir había dicho: "Sé que voy a un perpetuo destierro, y que tarde o temprano me contagiaré de la lepra. Pero ningún sacrificio es demasiado grande si se hace por Cristo".
El lugar estaba rodeado de montañas. Había seiscientos leprosos viviendo allí. La isla era un infierno de dolor sin esperanza. Los pobres enfermos, perseguidos en cacerías humanas, eran olvidados allí y dejados sin auxilios ni ayudas. Para olvidar sus penas se dedicaban los hombres al alcoholismo y los vicios y las mujeres a toda clase de supersticiones. Los leprosos lo recibieron con inmensa alegría. La primera noche tuvo que dormir también debajo de una palmera, porque no había habitación preparada para él. Luego se dedicó a visitar a los enfermos. Morían muchos y los demás se hallaban desesperados.