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La Transfiguración del Señor, 6-8-2013
Jesús se transfiguró en el monte Tabor, que se encuentra en la Baja Galilea, a 588 metros sobre el nivel del mar.
Este acontecimiento tuvo lugar unas semanas antes de la Pasión de Cristo. Jesús invitó a su Transfiguración a Pedro, Santiago y Juan. A ellos les dio este regalo, este don.
Narra el santo Evangelio (Lc. 9, Mc. 6, Mt. 10) que unas semanas antes d... e su Pasión y Muerte, subió Jesús a un monte a orar, llevando consigo a sus tres discípulos predilectos, Pedro, Santiago y Juan. Y mientras oraba, su cuerpo se transfiguró. Sus vestidos se volvieron más blancos que la nieve, y su rostro más resplandeciente que el sol. Y se aparecieron Moisés y Elías y hablaban con Él acerca de lo que le iba a suceder próximamente en Jerusalén.
Pedro, muy emocionado exclamó: -Señor, si te parece, hacemos aquí tres campamentos, uno para Ti, otro para Moisés y otro para Elías.
Pero en seguida los envolvió una nube y se oyó una voz del cielo que decía: "Este es mi Hijo muy amado, escuchadlo".
El Señor llevó consigo a los tres apóstoles que más le demostraban su amor y su fidelidad. Pedro que era el que más trabajaba por Jesús; Juan, el que tenía el alma más pura y más sin pecado; Santiago, el más atrevido y arriesgado en declararse amigo del Señor, y que sería el primer apóstol en derramar su sangre por nuestra religión. Jesús no invitó a todos los apóstoles, por no llevar a Judas, que no se merecía esta visión. Los que viven en pecado no reciben muchos favores que Dios concede a los que le permanecen fieles.
Eso sigue sucediendo a las personas que rezan con fervor. La oración les transfigura y embellece el alma y les vuelve mucho más agradables a Dios.
Dos personas muy famosas del Antiguo Testamento. Moisés en nombre de la Ley, y Elías en nombre de los profetas, venían a respaldar y felicitar a Jesucristo y a proclamar que Él es el enviado de Dios para salvar al mundo.
Es un elogio hermosísimo hecho por el Padre Dios, acerca de Jesucristo. Es su Hijo Único. Es amadísimo por Dios, y es preferido por El a todos los demás seres que existen. Verdaderamente merece nuestro amor este Redentor tan amado por su Padre que es Dios.
En la Trasfiguración, Jesús nos dejó un ejemplo sensible de la gloria que nos espera en el cielo.
La Iglesia Católica recuerda este hecho el 6 de agosto y el 2° Domingo de Cuaresma.
Toda la escena es la "manifestación" plena de Jesús, el enviado del Padre, para llevar a la plenitud el misterio de la redención, para que todos los pueblos en Él tengan vida. Ese Jesús que había sido presentado a los pobres pastores, a los magos, a todo el pueblo en el río Jordán, ahora es presentado por el Padre a los discípulos predilectos para que en el momento del dolor en el huerto de los Olivos y de la muerte en cruz, sea reconocido como el Divino Salvador, el Hijo enviado por el Padre. Pero esa palabra del Padre: "escuchadlo" debe resonar fuertemente en nuestra mente y en nuestro corazón. San Pedro jamás la olvidó, como dice en su segunda carta: "Y nosotros escuchamos esta voz, venida del cielo mientras estábamos con él el monte santo".
La figura del Divino Salvador se relaciona con victoria europea cuando los otomanos atacaron a Belgrado en 1456, donde el ejército cristiano bajo el comando de Janos Hunyadi defendió con éxito la ciudad. Esto sucede durante el pontificado de Calixto III quien dijo que en Belgrado había «salvado el mundo», y ordenó la construcción de iglesias al Divino Salvador del Mundo. Cuarenta años después Cristóbal Colón, nombró San Salvador a la primera tierra que toco y ocupó, en las Bahamas al norte de Cuba