Santa Rosa de Lima, 23-8-2013.
Isabel Flores de Oliva nación Lima (Perú), el 30 de abril de 1586 a las 4 de la tarde y era la cuarta hija de Gaspar Flores, arcabucero natural de San Germán, Puerto Rico. En 1545, Gaspar salió de España, desp... ués de pasar por Puerto Rico y Panamá, que formaban parte del virreinato de Nueva España, llegó al Perú en 1547, como soldado del Pacificador Pedro de la Gasca, quien restableció la Real Audiencia en 1549, recuperando el dominio de la Corona tras la usurpación del poder por Gonzalo Pizarro, gobernante del Perú entre 1544-1548. Gaspar Flores fue nombrado arcabucero el 9 de marzo de 1557, por don Andrés Hurtado de Mendoza, tercer Virrey del Perú entre 1556-1561. El 1 de mayo de 1577, se casó, en Lima, con la criolla limeña María de Oliva y Herrera, apellidos procedentes de Aragón. Ese mismo año servía de arcabucero en la guarda del V Virrey Francisco de Toledo (1569-1581). Del matrimonio nació nuestra santa el 30 de abril de 1586, como digimos. Fue bautizada, según partida, el 25 de mayo de 1586, en la Parroquia de San Sebastián, en Lima por el sacerdote Antonio Polanco, siendo sus padrinos Hernando de Baldés y María Osorio.
Su infancia fue común y nada llamativa, su compañero de juego fue su hermano Hernando (Lima 1584-1627), el cual siempre la apoyó y ayudó. A los doce años se mudó con su familia hacia Quives, un pueblo a 60 kilómetros de Lima ubicado en el Valle Chillón. Es aquí donde ella recibirá la confirmación de manos del futuro santo católico Toribio de Mogrovejo, su padrino fue el sacerdote del pueblo Francisco González. El día de su confirmación en el pueblo de Quives, el Arzobispo Santo Toribio de Mogrovejo, la llamó Rosa sin que alguien pudiese darle noticia al arzobispo de este nombre tan particular e íntimo. Aunque le mortificaba que la llamasen así, a los 25 años aceptó y quiso que la llamaran Rosa de Santa María porque, según lo relató su madre, fue a conversar con un sacerdote a la iglesia de Santo Domingo manifestándole la molestia que le causaba que la llamen "Rosa", pero el sacerdote la tranquilizó diciéndole: " ¿Pues hija, no es vuestra alma como una rosa en que se recrea Jesucristo?". Con esto quedó tranquila y segura del nombre que le habían dado; siendo confirmado más adelante, según sus biógrafos, en episodios de tipo místico, por la Santísima Virgen de la Merced y posteriormente en el desposorio místico por el Niño Jesús.
Es en Quives donde al parecer empezó con sus mortificaciones contrayendo un reuma muy fuerte, con consecuencias dolorosas para su recuperación, que ella ocultaba a su madre.
Regresó a Lima con su familia ya siendo una joven. Debido a problemas económicos de la familia, trabajaba el día entero en el huerto y solía bordar con gran esmero para diferentes familias de la Ciudad y así ayudar al sostenimiento de su hogar.
A pesar de todo, se encontraba conforme con su forma de vida y no hubiera tratado de cambiarla si no hubiera sido por la insistencia de sus padres en casarla. Y al ir a su hermano decir que si muchos hombres se enamoraban perdidamente era por la atracción de una larga cabellera ó de una piel muy hermosa, se cortó el cabello y se propuso llevar el rostro cubierto con un velo, para no ser motivo de tentaciones para nadie. Quería dedicarse únicamente a amar a Jesucristo. Un joven de alta clase social se enamoró de Rosa y quería casarse con ella. Sus padres estaban muy entusiasmados porque ellos eran pobres y esto daría a la joven un porvenir brillante. Pero ella, aunque hubo serios disgustos en la familia, les declaró que se había propuesto que su amor sería totalmente para Dios y que renunciaba por completo a todo matrimonio, por brillante que fuera. Rosa resistió durante más de diez años y finalmente hizo voto de virginidad para confirmar su resolución.
Isabel Flores de Oliva nación Lima (Perú), el 30 de abril de 1586 a las 4 de la tarde y era la cuarta hija de Gaspar Flores, arcabucero natural de San Germán, Puerto Rico. En 1545, Gaspar salió de España, desp... ués de pasar por Puerto Rico y Panamá, que formaban parte del virreinato de Nueva España, llegó al Perú en 1547, como soldado del Pacificador Pedro de la Gasca, quien restableció la Real Audiencia en 1549, recuperando el dominio de la Corona tras la usurpación del poder por Gonzalo Pizarro, gobernante del Perú entre 1544-1548. Gaspar Flores fue nombrado arcabucero el 9 de marzo de 1557, por don Andrés Hurtado de Mendoza, tercer Virrey del Perú entre 1556-1561. El 1 de mayo de 1577, se casó, en Lima, con la criolla limeña María de Oliva y Herrera, apellidos procedentes de Aragón. Ese mismo año servía de arcabucero en la guarda del V Virrey Francisco de Toledo (1569-1581). Del matrimonio nació nuestra santa el 30 de abril de 1586, como digimos. Fue bautizada, según partida, el 25 de mayo de 1586, en la Parroquia de San Sebastián, en Lima por el sacerdote Antonio Polanco, siendo sus padrinos Hernando de Baldés y María Osorio.
Su infancia fue común y nada llamativa, su compañero de juego fue su hermano Hernando (Lima 1584-1627), el cual siempre la apoyó y ayudó. A los doce años se mudó con su familia hacia Quives, un pueblo a 60 kilómetros de Lima ubicado en el Valle Chillón. Es aquí donde ella recibirá la confirmación de manos del futuro santo católico Toribio de Mogrovejo, su padrino fue el sacerdote del pueblo Francisco González. El día de su confirmación en el pueblo de Quives, el Arzobispo Santo Toribio de Mogrovejo, la llamó Rosa sin que alguien pudiese darle noticia al arzobispo de este nombre tan particular e íntimo. Aunque le mortificaba que la llamasen así, a los 25 años aceptó y quiso que la llamaran Rosa de Santa María porque, según lo relató su madre, fue a conversar con un sacerdote a la iglesia de Santo Domingo manifestándole la molestia que le causaba que la llamen "Rosa", pero el sacerdote la tranquilizó diciéndole: " ¿Pues hija, no es vuestra alma como una rosa en que se recrea Jesucristo?". Con esto quedó tranquila y segura del nombre que le habían dado; siendo confirmado más adelante, según sus biógrafos, en episodios de tipo místico, por la Santísima Virgen de la Merced y posteriormente en el desposorio místico por el Niño Jesús.
Es en Quives donde al parecer empezó con sus mortificaciones contrayendo un reuma muy fuerte, con consecuencias dolorosas para su recuperación, que ella ocultaba a su madre.
Regresó a Lima con su familia ya siendo una joven. Debido a problemas económicos de la familia, trabajaba el día entero en el huerto y solía bordar con gran esmero para diferentes familias de la Ciudad y así ayudar al sostenimiento de su hogar.
A pesar de todo, se encontraba conforme con su forma de vida y no hubiera tratado de cambiarla si no hubiera sido por la insistencia de sus padres en casarla. Y al ir a su hermano decir que si muchos hombres se enamoraban perdidamente era por la atracción de una larga cabellera ó de una piel muy hermosa, se cortó el cabello y se propuso llevar el rostro cubierto con un velo, para no ser motivo de tentaciones para nadie. Quería dedicarse únicamente a amar a Jesucristo. Un joven de alta clase social se enamoró de Rosa y quería casarse con ella. Sus padres estaban muy entusiasmados porque ellos eran pobres y esto daría a la joven un porvenir brillante. Pero ella, aunque hubo serios disgustos en la familia, les declaró que se había propuesto que su amor sería totalmente para Dios y que renunciaba por completo a todo matrimonio, por brillante que fuera. Rosa resistió durante más de diez años y finalmente hizo voto de virginidad para confirmar su resolución.