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OCAÑA: ESTE SISTEMA NOS HA LLEVADO A LA RUINA ECONOMICA...

ESTE SISTEMA NOS HA LLEVADO A LA RUINA ECONOMICA

“El clientelismo político es un intercambio extraoficial de favores, en el cual los titulares de cargos políticos regulan la concesión de prestaciones, obtenidas a través de su función pública o de contactos relacionados con ella, a cambio de apoyo electoral.”

Esto contado así puede dejar frío, cuando no despistado, a cualquiera de los ciudadanos de a pie que tenga esta publicación entre las manos y se halla decidido a concederme cinco minutos de su tiempo. La explicación técnica es tan ardua como aburrida y larga, por lo que intentaré exponerlo con palabras sencillas, ya que es de extrema importancia que esto que les relato sea conocido y comprendido ya que, esta doctrina aplicada en Ocaña durante los doce últimos años, ha llevado a la localidad a la ruina económica y moral.

Básicamente, los principios de actuación de esta actividad, convierten al alcalde de turno en patrón y a los trabajadores del ayuntamiento (funcionarios) en los intermediarios de sus mensajes y objetivos. Como patrones pueden ejercer la presión oportuna, amparado en el poder de mando, sobre el cliente (ciudadano común) que no se ciña a sus requerimientos y no colaboren en el sistema “corrupto” implantado.

En el clientelismo, los bienes públicos, no se manejan según la lógica imparcial que debería imperar en el estado de derecho, sino que bajo una apariencia legal se utiliza bajo los deseos de los ostentadores del poder político; en muchas ocasiones se corresponde con figuras penadas jurídicamente como prevaricación o corrupción.

Sin embargo, la relación entre cliente y patrón no es simétrica: existe en ella una clara dominación, motivada por las colaboraciones extremadamente desiguales de capital social, simbólico y económico de patrones y clientes.

Como todo sistema tiene puntos débiles. El punto más frágil de este es la democracia y el voto del ciudadano. El patrón (alcalde) se considera amenazado, por ello, por la posible llegada de un nuevo patrón (candidato opositor o de su misma ideología), sobre todo en vísperas de comicios electorales.

Los clientes (ciudadano) buscan respuestas a sus necesidades básicas inmediatas, los mediadores pueden motivarse por diferentes cuestiones, desde consonancia partidaria o ideológica a la defensa de sus puestos de trabajo, y patrones buscan a su vez acumulación de poder político que le perpetúe en su posición. Es en este punto donde el servilismo se muestra en su plenitud.

El objetivo del patrón es obtener beneficios monetarios del ciudadano, sino la acumulación de poder que le permita alcanzar sus objetivos de distinta índole. Este poder reunido debe hacerse público en un momento mágico: LAS ELECCIONES.

El intercambio de donaciones no se hace mediante subterfugios sino que disfrazados de legalidad moral se realizan públicamente.

En resumen, se dan puestos de trabajo, facilidades, permisos, palmaditas en la espalda, abrazos, adjudicaciones, etc... A todos aquellos que sometidos al sistema, abracen los deseos del patrón y sigan sus deseos de manera fiel y disciplinada. Por el contrario al que no comulga con esta rueda de molino se le expulsa de toda posibilidad de alcanzar sus objetivos de manera autosuficiente y honrada.

Por eso creo, y creemos desde UCIT, que los ocañenses beben ponerse manos a la obra y desmontar lo que nunca debió ser parte de la convivencia local, ya que se creó con la única intención de mantenerse en el poder, no por el interés general de las necesidades de los ocañenses en su conjunto.

Este es uno de los porqués de la deuda acumulada durante este periodo. Que la factura es para todos los ocañenses y es de justicia que Ocaña, que es mucho Ocaña, la dejen salir de este pozo sin fondo donde nos han colocado, y sus actuales mandatarios lo tienen en su mano.

No voy a citar a todos los alcaldes de Ocaña desde la restauración democracia pero creo que, es más que evidente que, de todos estos periodos administrativos el transcurrido desde 1999 a 2011, con José Carlos Martínez Osteso al cargo, ha sido catastrófico para Ocaña en todos los sentidos, el económico, el social, el laboral, el institucional y sobre todo en el moral. Se ha destruido todo el entorno arquitectónico del pueblo y el desarrollo urbanístico es propio de dirigentes, que su metodología es empezar la casa por el tejado.

Parece que el tiempo de la burbuja inmobiliaria estaba tasado y era necesario implantar un sistema político clientelar para controlar el poder durante la burbuja inmobiliaria.

El periodo 2011 a 2015 debería situarse y no caer en la equivocación de mantener las cosas como están, se convertirían en cómplices de mantener el actual sistema político clientelar, que nos ha llevado a la situación en que nos encontramos…

¿Por qué es rentable gestionar a empresas privadas la limpieza, la recogida de basuras y la gestión de las aguas y al ayuntamiento no?

El servicio contra-incendios lo teníamos con Protección Civil, formado por voluntarios…Pero como era necesario para el sistema político clientelar, se montaron los bomberos dotándoles de instalaciones, herramientas, vehículos necesario para el desarrollo de sus funciones…Y asalariados con un porvenir incierto. Puestos en cuestión por casi toda la opinión pública y sin que nadie les defienda. El parque de bomberos ha costado más de 1.000 millones de las antiguas, y añoradas, pesetas.

Las instalaciones deportivas arrojan un déficit anual entorno a los 400.000 euros, 4 de los más de 20 millones de la deuda, unos 620 millones pesetas.

El resto de la deuda la indico cuando hablo de las contratas…Prescindir de ellas y gestionarlas el ayuntamiento sería lo más lógico.

Su enclave ha permitido ser históricamente un importante nudo de comunicaciones; Autopistas y autovías (A4, A40, R4, AP36, N301, N400), Ferrocarril (Línea 48 Media distancia: Madrid-Puerta de Atocha - Cuenca - Valencia-San Isidro), transporte aéreo (Aeródromo de Ocaña.)

Cómo es posible que con semejante posición en el centro de España, no hayamos sido capaces aun de ver donde está el futuro laboral y económico de nuestros ciudadanos.

Yo sé, porque hasta ahí llego, que todo cuanto escribo puede ser interpretado como el ideario de un iluso. Incluso entiendo que algunos piensen que al fin arribó un iluminado al ayuntamiento, un visionario, un… No hay problema, lo entiendo, pero sí tengo algo que decir: Lo siento por los que creían que en Ocaña se seguiría con la idea de hibernar en las aguas estancadas donde algunas especies aguaden pacientemente su metamorfosis política, una metamorfosis que les lleve aestancarse en otras lagunas más caudalosas…

¿Qué haría yo en estos momentos por nuestra villa? Pues verán, menos quedarme quieto y, únicamente, lamerme las heridas cualquier cosa. Y mucho menos esperar a las próximas elecciones para seguir en el machito.

Se podría hacer cualquier cosa como:

1.-Efectuar un estudio serio y riguroso de la situación de los parados de Ocaña. Inmediatamente después, preparar una estrategia que nos llevase a elaborar un programa para encontrarles un trabajo digno, local, provincial, regional, nacional e incluso internacional a estos trabajadores inactivos. Para ello me desplazaría a cuantas empresas pudiera visitar en representación de nuestro municipio. Pediría reuniones con todos los responsables de RRHH ofreciendo mano de obra honrada, eficaz y capacitada. No pararía hasta encontrar colaboración, ayudas, e incluso, planes de compensación con la creación de una oficina municipal de empleo. No hablo de hacer un INEM paralelo, sino una oficina de trabajo temporal desinteresada en todos los sentidos.

2.-Estudiaria seriamente la posibilidad de dejar exentos de pago todo los servicios municipales, como el agua, recogida de basuras y el IBI a los parados, sin ingresos en el hogar.
Fin de la cita