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OCAÑA: No hemos criminalizado al Cristianismo, ni lo hemos...

No hemos criminalizado al Cristianismo, ni lo hemos acusado de terrorismo.
Por: Ihsaan Alfakih, intelectual y escritora.

No hemos criminalizado al Cristianismo y no lo acusamos de promover el terrorismo, a pesar de las guerras que occidente ha desatado.
No señalamos al Cristianismo ni a Occidente de terroristas a causa de la Primera Guerra Mundial, donde fallecieron más de 7 millones de seres humanos y 21 millones resultaron heridos.
No señalamos al Cristianismo ni a Occidente de terroristas a causa de la Segunda Guerra Mundial, donde fallecieron más de 55 millones de seres humanos y los heridos superaron los 90 millones. Los gastos militares en la mencionada guerra superaron los 37 billones de libras esterlinas. Es decir, un millón de libras por cada hora que duró esta guerra.
No señalamos al Cristianismo ni a Occidente de terroristas, por su inhumana y violenta manera de llevar a cabo sus guerras, liderados por los Estados Unidos de América, quien usó las armas más letales y destructivas en la historia humana, al lanzar las bombas nucleares en contra de Japón, donde fallecieron más de 500 mil personas.
No señalamos al Cristianismo ni a Occidente de terroristas por provocar el fallecimiento de muchos seres humanos por la peste que asoló las ciudades que están cerca de Hiroshima y Nagasaki a raíz de los efectos de las bombas nucleares lanzadas.
No señalamos al Cristianismo ni a Occidente de terroristas, cuando los Estados Unidos de América, nación considerada como el apóstol de la paz y que lidera la civilización Occidental con base en el asesinato y la violencia, en su carrera armamentística recurre a la fabricación de la bomba de hidrogeno en el año 1955 que equivale a un millón bombas de la lanzada sobre Hiroshima.
No señalamos al Cristianismo ni a Occidente de terroristas, cuando los Estados Unidos de América masacraron a más de 3,4 millones de vietnamitas, en el intento de postular a un presidente leal a los objetivos de los E. U. en la región de Asia, verdad declarada por el mismo ministro de defensa de los E. U., Robert McNamara.
No señalamos al Cristianismo ni al judaísmo de terroristas, cuando con el fin de invadir y colonizar a Palestina, obligaron a más de 7 millones de palestinos a un futuro incierto, para así crear un estado judío e ir preparando la región para la famosa batalla de Armagedón.
No señalamos al Cristianismo ni a Occidente de terroristas, cuando las fuerzas occidentales hicieron una limpieza étnica en 1901 en contra de los musulmanes en las islas de Samara, antes de pasar estas islas al control de Filipinas.
No señalamos al Cristianismo ni a Occidente de terrorismo, cuando en las masacres de las islas de Samara y según comenta un corresponsal de un medio de comunicación norteamericano escribió: “Por orden del general Franklin, ordeno a sus soldados que no dejen rehenes ni registros escritos sobre las masacres que se vayan a cometer.”
No señalamos al Cristianismo ni a Occidente de terroristas, cuando más de 80 mil musulmanes, hombres y mujeres, fueron masacrados en Madagascar en un solo ataque, en una masacre que la humanidad no había presenciado antes.
No señalamos al Cristianismo ni a Occidente de terroristas, ni los hemos culpado de fascistas, cuando mataron a más de 700 mil libios civiles e indefensos.
No señalamos al Cristianismo ni a Occidente de terroristas, cuando el ejército francés asesinó a millones de argelinos en la ciudad de Jerrata, donde en un solo día masacraron a más de 40 mil personas.
No señalamos al Cristianismo ni a Occidente de terroristas, cuando en Bosnia, y según comenta un soldado de la ONU, “pasaron largos meses donde solo escuchábamos y veíamos balas y misiles que salían del lado Serbio buscando sobrevivientes entre la población musulmana de Bosnia, en la masacre de Srebrenica.
No señalamos al Cristianismo de terrorismo, cuando el general serbio Foshtik declaro a la revista Der Spiegel de Alemania, lo siguiente: “Maté yo mismo a cientos de musulmanes, le disparé personalmente a varios rehenes para ultimarlos.” Cuando la periodista le recordó los convenios internacionales que prohíben matar a los rehenes, dijo: “No tenía medios para transportarlos, la manera más económica era matarlos. Fui testigo de la muerte de otros 640 rehenes a mano de mis soldados, como también fui testigo de las torturas para extraer información de los mismos antes de matarlos.”
Lo anterior nos muestra que el Islam es un objetivo de Occidente, y esto lo confirmó el asesino Slobodan Milošević, cuando en el tribunal internacional le preguntaron sobre las masacres que hicieron en contra de los musulmanes y respondió: “Estaba purificando a Europa de los seguidores de Mujámmad.”
No hemos criminalizado al Cristianismo ni lo hemos señalado de terrorismo, cuando en Srebrenica y en Bihać, dos ciudades de Bosnia, fueron masacradas más de 300 mil personas, 120 mil desaparecieron y más de 50 mil quedaron impedidas por fuertes lesiones, destruyeron más de 800 mezquitas y dos millones de musulmanes fueron obligados a refugiarse en otras ciudades. Para seguir con la idea de purificar a Europa del Islam.
No señalamos al Cristianismo de terrorismo ni la hemos criminalizado, cuando más de 700 mil mujeres musulmanas de Bosnia fueron secuestradas y violadas a mano de soldados serbios, sembrando en los vientres de estas la semilla de lobos y perros que dicen pertenecer a la nueva civilización.
No señalamos al Cristianismo de terrorismo, cuando durante el proceso de violación que se llevaba a cabo frente de los padres, maridos e hijos de estas, si alguien intentaba rehusar a mirar dicha indignación lo fusilaban con disparos a la cabeza.
Lo anterior fue confirmado por Schwartz, miembro del partido cristiano democrático y del parlamentario alemán, quien dijo: “Vi con mis ojos un bebé de escasos tres meses al que le mutilaron sus orejas y su nariz. Vi mujeres embarazadas muertas con el vientre abierto y los fetos tirados cerca de ellas. Vi a niños, ancianos y mujeres que fueron degollados. Vi a miles de mujeres en campamentos, embarazadas por la violación de soldados. Vi imágenes que no puedo ni describir su horror; reto a cualquier medio de comunicación en Occidente a transmitirlas.”
No señalamos al Cristianismo de terrorismo, cuando más de 300 mil prisioneros en Abu Ghraib, Irak, murieron por que sus partes privadas fueron arrancadas por perros entrenados para realizar estos actos inhumanos.
No señalamos al Cristianismo de terrorismo, cuando más de 60 mil niños murieron frente a los ojos de sus padres al ser arrancados sus brazos y piernas por los soldados norteamericanos.
No señalamos al Cristianismo de terrorismo, cuando la administración de George Bush autorizó a arrancar información de los prisioneros usando todos los métodos violentos, tanto en las cárceles de Irak como en Guantánamo. Ni señalamos al Cristianismo ni al judaísmo de terrorismo, cuando Israel fue quien le suministro al ejército de E. U. las herramientas para llevar a cabo dicha interrogación, ya que el régimen de Israel goza de una gran experiencia durante los 67 años de colonizar a Palestina y llevar a cabo sus interrogaciones en contra de la población palestina.
Por último, queremos hacerles una simple pregunta a las personas que dicen gozar de corazones tiernos, los que defienden a Occidente y se hacen los ciegos ante las masacres antes mencionadas.
Le preguntamos, después de resumirles esta pequeña historia de crímenes: ¿Quién es el criminal, el asesino y el terrorista?