ROBLEDO DEL MAZO: Las hunfrías...

Las hunfrías

ALEGATO DE UN PENSAMIENTO.

Si miro hacia arriba, las nubes dibujan..... reflejos de la armonía del valle. Aunque recuerdo que en alguna ocasión, vi a modo de decoro unos fantasmales buitres que rompieron mi calma, sin embargo sus vuelos apaciguados y melódicos parecían anunciarme que ellos también formaban parte de la equidad de los montes. ¿Los recuerdas?, a ti te parecieron águilas, un ejército de águilas imperiales planeando por encima de unos verdes y frondosos parajes reales. ¿Acaso no lo son?. Intentaba explicar en mi casa lo visto, lo mirado y lo vivido; y lo admirable y admirado, pero no podían entenderme….
- ¡Escuchadme!, por favor, ¡escuchad!: hay muchas montañas; las imagino como una gran fortaleza que escudan al pueblito; una aldea blanca, inmaculada, perfecta, carente de ruidos, de humos y de indeseadas situaciones e indeseables personas. Se mire hacia dónde se mire, el fondo de cualquier calle, de cualquier rinconcito o esquina, es un perfil de solemnidad, de paz, de salud…de vida. El oxígeno fluye continuamente y con fuerza por todos los espacios; pareciera que se oliera, que se saboreara, que se tocara como un frío haz de existencia. A medida que le contaba a los míos mi corta pero intensa excursión por tu tierra, no daban crédito a mis palabras…- ¡Pude caminar por el río!, por cierto, convertido en una calzada llena de dificultades de mil formas y colores ¡sí!, estuve caminando por el río, un penoso río seco y sediento, a esperas de una buena riada, una crecida abundante de agua fresca y limpia, para goce de peces y pescadores, aunque pensándolo bien, ya la crecida de las llanuras y cerros, de pinos, encinas y robles convierten a la comarca en verdaderas zonas de recreo y deleite para los animalillos del bosque, así como para los ojeadores y perseguidores que somos la raza humana. Y… ¿qué decir de las viandas?, un simple bocado a un tomate, o el suave dentelleo de unas uvas supone manjar de reyes, castañas nobles con denominación de origen, carnes puras y pulcras acompañadas de vinos confeccionados a golpes de brío y amor.
Todo un lujo…un lujo para mis ojos, para mis oídos.... para mis sentidos. ¡Ay! un verdadero lujo apreciar la esencia de ésta, tu tierra, alma y aliento de los montes de Toledo. Seguro que volveré…seguro.

“Seguro que volveré…seguro,
para no perderme el brillo de tus quietudes.
Seguro que volveré…lo juro.

Cautivadora quebrada de tonos rojizos,
desvanecidos entre tanta maleza…
de insonoros ecos y aires fríos.

Alturas engalanadas de caídas,
que son pasiones y furor de las aguas
que riegan tierras vencidas.

Donde acaben los senderos enredados
y descendiendo hasta la armonía
ya intuyo que hemos llegado.

Por eso tantas y tantas veces yo volvería
para no perderme el brillo de las quietudes
de los montes, de los valles, del alma de Las Hunfrías.”