Qué pródiga y generosa en
colores,
por
Aranjuez, la vega se nos muestra,
con exquisitez de pintura maestra,
galanteos de la diosa gea, en amores
con el tajo que le dio esos dolores
de herida incisa, profunda y siniestra,
pero de bella cirugía repuesta,
de esa cicatriz emergen primores.
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