Creo que todo
turlequeño tiene ese titintineo tan metido en la cabeza, que cualquier otro le parece extraño. Las horas del
reloj no son tales si no suenan en el tono y la nota en que ese reloj lo hace, y si por casualidad alguna vez topé con ese sonido igual, me sentí transportado por un momento a Turleque.
¡ Por cierto ! ¿ Siguen habiendo lechuzas merodeando por allí ?
El nostálgico.