En efecto es correcta la interpretación de la dirección de las Iglesias. El Este, lugar por donde sale el Sol, es por consiguente la dirección hacia la cual ha de mirar el cristiano a la hora orar, es el punto cardinal de la luz, y la luz es Cristo, y la luz es salvación, por ello la cabecera de toda iglesia ( lugar donde se encuentra el altar y en el que se lleva a cabo el sacrificio eucaristici) ha de estar en el lado Este del conjunto del Templo. El Oeste, lugar por el que se pone el sol, es por el contrario el punto cardinal de las tinieblas y de la oscuridad, encontrandose en este lado la entrada principal (pies de la iglesia). Como nota aludir que anteriormente al Concilio Vaticano II la pila bautismal y el bautizo se realizaba a la entrada de la iglesia, aludiendo a que el no bautizado aun estaba impregnado del pecado original (oscuridad), pasando, una vez celebrado el rito, a la luz.