Este
pueblo va unido a la alquería de "Cerva Longa", la cual se fue despoblando en beneficio de
Villamuelas. Se sitúa muy cerca del
río Algodor, lo que hizo que se convirtiese en un paraje insano y, de ahí, su despoblación. El arzobispo Jiménez de Rada poseía varias propiedades en Cerva Longa y, en 1211. Don Juan de Setfila, en nombre del arzobispo primado de
España, adquiría a don Illán Pérez, hijo de don Pedro, tierras en las referidas alquerías. Estas habían sido de Gonzalo Pérez (posteriormente fue arzobispo), hijo de don Pedro el Polichení. Por las adquisiciones que hizo el arzobispo Jiménez de Rada, perteneció nuestro pueblo a la mitra toledana, hasta que por el año 1583 Felipe II vendió la villa a don Álvaro de Alcocer.