CAMPOS DE LA MANCHA
Van brillando los trigales
con sus verdes de esperanza,
son colores naturales
de la tierra de labranza.
Los viñedos ya relucen
entre brotes hoy normales,
todos los campos se lucen
con sus formas especiales.
La primavera se siente
al contemplar sus llanuras,
y sus calores presiente
para gozar de dulzuras.
Hay caminos y olivares
que son pasado y presente,
La Mancha tiene lugares
que hacen más grande su ambiente.
Las historias siguen vivas
sobre la tierra manchega,
algunas hasta motivan
que su gloria se despliega.
La Mancha con sus paisajes
hacen hermoso el camino,
sus veredas son linajes
de algún bonito molino.
Campos llenos de sudores
de labradores airosos,
con sus enormes tractores
se ven los pueblos dichosos.
Llanuras que son leyendas
de esta tierra cultivada,
donde molinos y sendas
hacen la vida encantada.
La Mancha como testigo
de viñedos y trigales,
tierra donde el buen amigo
sabe de vida y modales.
Rosario Fajardo
Van brillando los trigales
con sus verdes de esperanza,
son colores naturales
de la tierra de labranza.
Los viñedos ya relucen
entre brotes hoy normales,
todos los campos se lucen
con sus formas especiales.
La primavera se siente
al contemplar sus llanuras,
y sus calores presiente
para gozar de dulzuras.
Hay caminos y olivares
que son pasado y presente,
La Mancha tiene lugares
que hacen más grande su ambiente.
Las historias siguen vivas
sobre la tierra manchega,
algunas hasta motivan
que su gloria se despliega.
La Mancha con sus paisajes
hacen hermoso el camino,
sus veredas son linajes
de algún bonito molino.
Campos llenos de sudores
de labradores airosos,
con sus enormes tractores
se ven los pueblos dichosos.
Llanuras que son leyendas
de esta tierra cultivada,
donde molinos y sendas
hacen la vida encantada.
La Mancha como testigo
de viñedos y trigales,
tierra donde el buen amigo
sabe de vida y modales.
Rosario Fajardo