VILLANUEVA DE ALCARDETE Y SU VIRGEN DE LA PIEDAD
Un sentimiento guardado que se lleva con cariño,
es algo que va marcado desde que te sientes niño.
Campanas que van sonando en las tierras toledanas,
con el ambiente cantando en estas frías mañanas.
Villanueva lo presiente y lo vive con dulzura,
es algo que el alma siente y que borra la amargura.
Flores que adornan altares en esta fecha festiva,
haciendo de estos lugares una fe que bien motiva.
Sus danzantes de folclore se divisan con ternura,
mientras la fe se elabore el mundo tendrá dulzura.
Dentro del templo mirando a esa Virgen toledana,
que mientras se va cantando existe gente cristiana.
Antes de la fiesta grande un entierro dejo llanto,
cuando el recuerdo nos arde se vive en el desencanto.
Su nombre Julián Arráez emigrante en Alemania,
nunca quiso estar distante de su tierra toledana.
Entre rezos y lecciones la vida nos va dejando,
muchas duras sensaciones que las sentimos llorando.
Cuando la muerte nos llega sin dejar explicaciones,
alguna razón se pliega sin exigir condiciones.
La vida deja sus huellas de alegrías y verdades,
y miras a las estrellas en noches de soledades.
Recorriendo los caminos de esa tierra toledana,
conocí sombras y trinos y el sonido de campana.
Una despedida triste en su pueblo de pasiones,
la frontera no resiste el amor y tradiciones.
En un ambiente de pena Julián se marchó en silencio
viendo a la muerte condena respiramos su misterio.
En esta fecha guardada vivimos las sensaciones,
que la vida es agotada sin explicar sus razones.
G X Cantalapiedra.
10 – 11 – 2019.
Un sentimiento guardado que se lleva con cariño,
es algo que va marcado desde que te sientes niño.
Campanas que van sonando en las tierras toledanas,
con el ambiente cantando en estas frías mañanas.
Villanueva lo presiente y lo vive con dulzura,
es algo que el alma siente y que borra la amargura.
Flores que adornan altares en esta fecha festiva,
haciendo de estos lugares una fe que bien motiva.
Sus danzantes de folclore se divisan con ternura,
mientras la fe se elabore el mundo tendrá dulzura.
Dentro del templo mirando a esa Virgen toledana,
que mientras se va cantando existe gente cristiana.
Antes de la fiesta grande un entierro dejo llanto,
cuando el recuerdo nos arde se vive en el desencanto.
Su nombre Julián Arráez emigrante en Alemania,
nunca quiso estar distante de su tierra toledana.
Entre rezos y lecciones la vida nos va dejando,
muchas duras sensaciones que las sentimos llorando.
Cuando la muerte nos llega sin dejar explicaciones,
alguna razón se pliega sin exigir condiciones.
La vida deja sus huellas de alegrías y verdades,
y miras a las estrellas en noches de soledades.
Recorriendo los caminos de esa tierra toledana,
conocí sombras y trinos y el sonido de campana.
Una despedida triste en su pueblo de pasiones,
la frontera no resiste el amor y tradiciones.
En un ambiente de pena Julián se marchó en silencio
viendo a la muerte condena respiramos su misterio.
En esta fecha guardada vivimos las sensaciones,
que la vida es agotada sin explicar sus razones.
G X Cantalapiedra.
10 – 11 – 2019.