AQUEL MANCHEGO TOLEDANO QUERÍA
En esas grises jornadas, cargadas de sufrimientos, donde las vidas dañadas temieron perder alientos. Fueron jornadas muy tristes, entre penosas miradas, a veces piensas que existen muchas serenas pisadas. La pandemia vino seria dejando su descalabro, que fueron siempre miseria con penoso deslumbrado. Aquel toledano viejo tuvo muchas desventuras, sufriendo ciertos complejos que le dieron amarguras. Soñando pisar su tierra para sentir sus impulsos, le hicieron ver una guerra con muchos virus intrusos. Esperando ver su casa toda llena de recuerdos, sobre su mente se amasa vivir los momentos cuerdos. Intento llegar en coche, por los caminos inciertos, y le hicieron el reproche, de ver cómo llegan muertos. En su casa madrileña, se vieron muchos lamentos, la peste llegó a ser dueña de sus temidos inventos. Quiso volver a su Mancha, sin temer al frío viento, y en su recuerdo se engancha con todo su sentimiento. Manchego de frases fuertes, de penas y descontentos, pensaba siempre en las muertes sin existir más inventos. Se termina su amargura, ve venir un nuevo tiempo, para borrar la locura de aquel sufrido tormento. Mira de cerca a su Mancha, la que lleva siempre dentro, y sin pedir más revancha en su mente ocupa el centro. Son tiempos de la esperanza, sin olvidar el momento, que la pandemia sin alma, quisiera dejar tormento. El virus sigue esperando hacer momentos más tensos, para así poder logrando ir dejando nuevos muertos. Abrazando mascarillas, despertando del silencio, todas las gentes sencillas guardando distanciamiento. La Mancha tiene resortes completos de sentimientos, y no precisa transportes para sembrar más alientos. Este virus asesino que nos dejó tantos muertos, no quiere cambiar su signo dejando pueblos desiertos. En La Mancha toledana donde fluyen los recuerdos, la vida parece sana en casi todos los pueblos. Madrid se siente cercano para quien sueña regresos, comentan del toledano que teme nuevos ingresos. Mascarillas por delante, distancias que tienen frenos, no vale ser arrogante ni sembrar jamás venenos. El virus puedes pararle con distancias por el medio, debes de saber cuidarte, ese es el mejor remedio. No valen tristes palabras, ni poner sucios enredos, la peste tiene sus arras que no respetan los credos. Saldremos de la pandemia, viviremos sin complejos, aquí no sirve comedia ni querer buscas reflejos. El mañana será duro, todos deben comprendedlo, en cualquier camino oscuro el cielo abra que entenderlo. Sin salvadores de patrias, sin refranes pendencieros, respetando bien las tapias veremos aventureros. Las flores vienen erguidas, todas reflejan colores, no quieren verse pérdidas para mostrar sus olores. En estas tierras manchegas donde se sueñan cosechas, las penas siempre se pliegan al ver las cosas bien hechas. G X Cantalapiedra.
2 – 6 – 2020.
En esas grises jornadas, cargadas de sufrimientos, donde las vidas dañadas temieron perder alientos. Fueron jornadas muy tristes, entre penosas miradas, a veces piensas que existen muchas serenas pisadas. La pandemia vino seria dejando su descalabro, que fueron siempre miseria con penoso deslumbrado. Aquel toledano viejo tuvo muchas desventuras, sufriendo ciertos complejos que le dieron amarguras. Soñando pisar su tierra para sentir sus impulsos, le hicieron ver una guerra con muchos virus intrusos. Esperando ver su casa toda llena de recuerdos, sobre su mente se amasa vivir los momentos cuerdos. Intento llegar en coche, por los caminos inciertos, y le hicieron el reproche, de ver cómo llegan muertos. En su casa madrileña, se vieron muchos lamentos, la peste llegó a ser dueña de sus temidos inventos. Quiso volver a su Mancha, sin temer al frío viento, y en su recuerdo se engancha con todo su sentimiento. Manchego de frases fuertes, de penas y descontentos, pensaba siempre en las muertes sin existir más inventos. Se termina su amargura, ve venir un nuevo tiempo, para borrar la locura de aquel sufrido tormento. Mira de cerca a su Mancha, la que lleva siempre dentro, y sin pedir más revancha en su mente ocupa el centro. Son tiempos de la esperanza, sin olvidar el momento, que la pandemia sin alma, quisiera dejar tormento. El virus sigue esperando hacer momentos más tensos, para así poder logrando ir dejando nuevos muertos. Abrazando mascarillas, despertando del silencio, todas las gentes sencillas guardando distanciamiento. La Mancha tiene resortes completos de sentimientos, y no precisa transportes para sembrar más alientos. Este virus asesino que nos dejó tantos muertos, no quiere cambiar su signo dejando pueblos desiertos. En La Mancha toledana donde fluyen los recuerdos, la vida parece sana en casi todos los pueblos. Madrid se siente cercano para quien sueña regresos, comentan del toledano que teme nuevos ingresos. Mascarillas por delante, distancias que tienen frenos, no vale ser arrogante ni sembrar jamás venenos. El virus puedes pararle con distancias por el medio, debes de saber cuidarte, ese es el mejor remedio. No valen tristes palabras, ni poner sucios enredos, la peste tiene sus arras que no respetan los credos. Saldremos de la pandemia, viviremos sin complejos, aquí no sirve comedia ni querer buscas reflejos. El mañana será duro, todos deben comprendedlo, en cualquier camino oscuro el cielo abra que entenderlo. Sin salvadores de patrias, sin refranes pendencieros, respetando bien las tapias veremos aventureros. Las flores vienen erguidas, todas reflejan colores, no quieren verse pérdidas para mostrar sus olores. En estas tierras manchegas donde se sueñan cosechas, las penas siempre se pliegan al ver las cosas bien hechas. G X Cantalapiedra.
2 – 6 – 2020.