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EN DÍAS COMO HOY HACE 60 AÑOS
En Villanueva segaban
las cebadas más tempranas,
y en las eras se trillaban
leguminosas muy sanas.
Con treinta grados sudando
sobre trillos empedrados,
las mulas iban pisando
aquellos granos soñados.
Labradores tempraneros
que les faltaban cereales,
con hoces fueron ligeros
de mil formas naturales.
Leguminosas con prisa
segándose en las mañanas,
madrugadas entre brisa
que daban sombras lozanas.
Las eras daban los brillos
a las mentes castellanas,
y se notaban sus trillos
sin ser palabras profanas.
En verano madrugaban
para ganar los salarios,
las hoces se despertaban
sin ser la siega calvarios.
Esos caminos manchegos
de trabajos solidarios,
a veces tuvieron ruegos
de signos estrafalarios.
Segadores de La Mancha
cargados de sol y viento,
en vuestro ayer hoy se engancha
recuerdos del sufrimiento.
Voces que siguen grabadas
allí por el firmamento,
entre fanegas y obradas
supieron tener aliento.
G X Cantalapiedra.
11 – 6 – 2020.
En Villanueva segaban
las cebadas más tempranas,
y en las eras se trillaban
leguminosas muy sanas.
Con treinta grados sudando
sobre trillos empedrados,
las mulas iban pisando
aquellos granos soñados.
Labradores tempraneros
que les faltaban cereales,
con hoces fueron ligeros
de mil formas naturales.
Leguminosas con prisa
segándose en las mañanas,
madrugadas entre brisa
que daban sombras lozanas.
Las eras daban los brillos
a las mentes castellanas,
y se notaban sus trillos
sin ser palabras profanas.
En verano madrugaban
para ganar los salarios,
las hoces se despertaban
sin ser la siega calvarios.
Esos caminos manchegos
de trabajos solidarios,
a veces tuvieron ruegos
de signos estrafalarios.
Segadores de La Mancha
cargados de sol y viento,
en vuestro ayer hoy se engancha
recuerdos del sufrimiento.
Voces que siguen grabadas
allí por el firmamento,
entre fanegas y obradas
supieron tener aliento.
G X Cantalapiedra.
11 – 6 – 2020.