COMENTANDO LOS MOMENTOS ACTUALES
Estos tiempos tan presentes que saben de soledades, parecen ser permanentes en muchas fatalidades. Esta pandemia maldita que recorre el mundo entero, a veces piensas que grita con un sonido altanero. La pandemia no termina ni deja caminos sueltos, su virus no se elimina mientras nos deja lamentos. Las maldiciones relucen en los tristes cementerios, parece que así deslucen el respetar los misterios. Maldiciones que no mueren entre muchos ciudadanos, las penas nunca se quieren y menos llorando hermanos. La Mancha llora sus muertos, sin poner apenas dudas, existen tiempos inciertos que te dan las amarguras. Cuando los silencios gritan, entre sus muchas razones, hasta las mentes se agitan queriendo ver soluciones. La epidemia no se marcha de estas inmensas llanuras, y dicen que aquí en La Mancha pudiera dejar diabluras. Estos tiempos temblorosos, cargados de singladuras, les notamos horrorosos con sus gestos de locuras. Quien pudiera como el viento ver la águilas volando. y dejar el sufrimiento que el mundo viene pasando. Hospitales bien repletos con malas enfermedades, viendo médicos inquietos que quieren curar los males. Las preguntas quedan mudas si piensan en el mañana, pueden parecer absurdas en esta tierra mundana. En La Mancha toledana entre viñedos floridos, la vida parece sana sin ver los sueños perdidos. Los caminos de la vida, pueden ser muy castigados, son esa ruta querida con los sueños muy quemados. Estos tiempos infernales donde triunfa la pandemia, no pueden ser naturales ni tener jamás comedia. Cuando se sueña el pasado con su bonitas pasiones, te sientes descolocado y se rompen ilusiones. El mañana queda lejos aunque se marche el presente, este virus da complejos que amarga cualquier ambiente. Sentir la voz del pasado con sus buenas sinfonías, es querer verte salvado disfrutando de alegrías. No queremos ver más muertos por las llanuras manchegas, dejar los sueños despiertos mientras las brisas despliegan. G X Cantalapiedra.
Estos tiempos tan presentes que saben de soledades, parecen ser permanentes en muchas fatalidades. Esta pandemia maldita que recorre el mundo entero, a veces piensas que grita con un sonido altanero. La pandemia no termina ni deja caminos sueltos, su virus no se elimina mientras nos deja lamentos. Las maldiciones relucen en los tristes cementerios, parece que así deslucen el respetar los misterios. Maldiciones que no mueren entre muchos ciudadanos, las penas nunca se quieren y menos llorando hermanos. La Mancha llora sus muertos, sin poner apenas dudas, existen tiempos inciertos que te dan las amarguras. Cuando los silencios gritan, entre sus muchas razones, hasta las mentes se agitan queriendo ver soluciones. La epidemia no se marcha de estas inmensas llanuras, y dicen que aquí en La Mancha pudiera dejar diabluras. Estos tiempos temblorosos, cargados de singladuras, les notamos horrorosos con sus gestos de locuras. Quien pudiera como el viento ver la águilas volando. y dejar el sufrimiento que el mundo viene pasando. Hospitales bien repletos con malas enfermedades, viendo médicos inquietos que quieren curar los males. Las preguntas quedan mudas si piensan en el mañana, pueden parecer absurdas en esta tierra mundana. En La Mancha toledana entre viñedos floridos, la vida parece sana sin ver los sueños perdidos. Los caminos de la vida, pueden ser muy castigados, son esa ruta querida con los sueños muy quemados. Estos tiempos infernales donde triunfa la pandemia, no pueden ser naturales ni tener jamás comedia. Cuando se sueña el pasado con su bonitas pasiones, te sientes descolocado y se rompen ilusiones. El mañana queda lejos aunque se marche el presente, este virus da complejos que amarga cualquier ambiente. Sentir la voz del pasado con sus buenas sinfonías, es querer verte salvado disfrutando de alegrías. No queremos ver más muertos por las llanuras manchegas, dejar los sueños despiertos mientras las brisas despliegan. G X Cantalapiedra.