LOS AMORES PLATONICOS TOLEDANOS
Cuando se sueñan amores en La Mancha toledana, se viven rosas y flores desde una edad muy temprana. Los amores toledanos que desde niños surgieron, eran respetos humanos que siempre se conocieron. Amores llenos de sueños que por sus calles pisaron, fueron a veces empeños que con ellos disfrutaron. Cuando la noche caía sobre los bellos poblados, el amor con fantasía fue signos de enamorados. Con las miradas al cielo como cualquier ser humano, la vida daba consuelo sin ver el futuro vano. Los caminos de La Mancha, son lugares recordados, donde el amor sigue en marcha con sus besos tan buscados. El amor que desde niño eran sueños anhelados, fueron fuentes de cariño que fueron pasos gozados. El viento llega deprisa por los llanos de Toledo, a veces es esa brisa que quiere dejar su enredo. Los amores toledanos que de niño se quisieron, se sintieron como hermanos mientras los sueños vivieron. Los amores imposibles que se fueron con el tiempo, dejaron pasos visibles algunos con sentimiento. Palabras que dejan huellas, sombras que siguen marcadas, amores que las estrellas las notan iluminadas. Los platónicos amores que siguen siendo constancia, conocieron sinsabores entre frases de distancia. Cuando se sueñan amores casi desde la lactancia, no quieres ver los colores que te deja la ignorancia. Hay sueños que van llegando con sus tan sufridas canas, el amor si es recordado brilla por tierras lejanas. Los lamentos están muertos si temes las alboradas, solo si vives aciertos puedes soñar entre almohadas. Toledanos que conocen esos llanos de La Mancha, donde se pierden las voces cuando el camino se ensancha. Los amores desde niño, fueron dulzura buscada, el amor es un cariño que lleva fecha marcada. Nadie se siente salvado de ese amor en la distancia, el hombre más alocado no le vale su arrogancia. Los manchegos toledanos que vivieron su fragancia, conocieron como humanos el amor siendo constancia. G X Cantalapiedra.
Cuando se sueñan amores en La Mancha toledana, se viven rosas y flores desde una edad muy temprana. Los amores toledanos que desde niños surgieron, eran respetos humanos que siempre se conocieron. Amores llenos de sueños que por sus calles pisaron, fueron a veces empeños que con ellos disfrutaron. Cuando la noche caía sobre los bellos poblados, el amor con fantasía fue signos de enamorados. Con las miradas al cielo como cualquier ser humano, la vida daba consuelo sin ver el futuro vano. Los caminos de La Mancha, son lugares recordados, donde el amor sigue en marcha con sus besos tan buscados. El amor que desde niño eran sueños anhelados, fueron fuentes de cariño que fueron pasos gozados. El viento llega deprisa por los llanos de Toledo, a veces es esa brisa que quiere dejar su enredo. Los amores toledanos que de niño se quisieron, se sintieron como hermanos mientras los sueños vivieron. Los amores imposibles que se fueron con el tiempo, dejaron pasos visibles algunos con sentimiento. Palabras que dejan huellas, sombras que siguen marcadas, amores que las estrellas las notan iluminadas. Los platónicos amores que siguen siendo constancia, conocieron sinsabores entre frases de distancia. Cuando se sueñan amores casi desde la lactancia, no quieres ver los colores que te deja la ignorancia. Hay sueños que van llegando con sus tan sufridas canas, el amor si es recordado brilla por tierras lejanas. Los lamentos están muertos si temes las alboradas, solo si vives aciertos puedes soñar entre almohadas. Toledanos que conocen esos llanos de La Mancha, donde se pierden las voces cuando el camino se ensancha. Los amores desde niño, fueron dulzura buscada, el amor es un cariño que lleva fecha marcada. Nadie se siente salvado de ese amor en la distancia, el hombre más alocado no le vale su arrogancia. Los manchegos toledanos que vivieron su fragancia, conocieron como humanos el amor siendo constancia. G X Cantalapiedra.