SER MANCHEGO Y TOLEDANO POR EL MUNDO
Sin negar nunca raíces ni predicar con quimeras, olvidando cicatrices podrás cruzar las fronteras. Ser manchego y toledano que sabe guardar respeto, sin dejar de ser humano con tu corazón inquieto. Caminar soñando vida, incluso con la pandemia, sin ver tu ruta perdida ni ver el virus comedia. Hay manchegos por el mundo que se llenan de razones, sin ver su destino absurdo se sienten con ilusiones. Los vientos llegan gritando por los llanos de La Mancha, parece que van clamando otros tiempos sin revancha. Estamos comprometidos en guardar siempre las normas, sin sentirnos deprimidos debemos guardar sus formas. Hay manchegos bien pensantes que tienen buena memoria, que sin sentirse arrogantes conocen muy bien su historia. Toledanos con culturas de pueblos muy diferentes, que conocen las dulzuras del pasado de sus gentes. La historia viene marcando los caminos del presente, mientras vamos contemplando que Toledo tiene ambiente. Campos llanos con viñedos, que conocen soledades, algunos saben de credos que pudieran ser verdades. Cuando las distancias mandan, sobre las grandes llanuras, en el corazón se ablandan palabras que son locuras. Estos tiempos infernales cargados de sufrimiento, nunca pueden ser normales si rompen cualquier aliento. La pandemia sigue en marcha por las tierras de Toledo, y a cualquier humano engancha marcando su mal enredo. Labradores de la tierra que buscan vida en sus manos, en su coraje se encierra muchos momentos humanos. La Mancha sigue pensando en borrar esta epidemia, mientras conocen clamando que no quieren ver tragedia. Los caminos del olvido pueden tener amargura, este virus no vencido puede dejarnos diablura. Octubre busca las lumbres por los caminos manchegos, y las penas si se cubren no vale lanzarlas ruegos. Toledanos del silencio, sobre llanuras inmensas, que nadie trace desprecio ni busque las horas tensas. Cuando no exista pandemia ni palabras sin sentido, se acabara la tragedia que deja algún pueblo hundido. G X Cantalapiedra.
Sin negar nunca raíces ni predicar con quimeras, olvidando cicatrices podrás cruzar las fronteras. Ser manchego y toledano que sabe guardar respeto, sin dejar de ser humano con tu corazón inquieto. Caminar soñando vida, incluso con la pandemia, sin ver tu ruta perdida ni ver el virus comedia. Hay manchegos por el mundo que se llenan de razones, sin ver su destino absurdo se sienten con ilusiones. Los vientos llegan gritando por los llanos de La Mancha, parece que van clamando otros tiempos sin revancha. Estamos comprometidos en guardar siempre las normas, sin sentirnos deprimidos debemos guardar sus formas. Hay manchegos bien pensantes que tienen buena memoria, que sin sentirse arrogantes conocen muy bien su historia. Toledanos con culturas de pueblos muy diferentes, que conocen las dulzuras del pasado de sus gentes. La historia viene marcando los caminos del presente, mientras vamos contemplando que Toledo tiene ambiente. Campos llanos con viñedos, que conocen soledades, algunos saben de credos que pudieran ser verdades. Cuando las distancias mandan, sobre las grandes llanuras, en el corazón se ablandan palabras que son locuras. Estos tiempos infernales cargados de sufrimiento, nunca pueden ser normales si rompen cualquier aliento. La pandemia sigue en marcha por las tierras de Toledo, y a cualquier humano engancha marcando su mal enredo. Labradores de la tierra que buscan vida en sus manos, en su coraje se encierra muchos momentos humanos. La Mancha sigue pensando en borrar esta epidemia, mientras conocen clamando que no quieren ver tragedia. Los caminos del olvido pueden tener amargura, este virus no vencido puede dejarnos diablura. Octubre busca las lumbres por los caminos manchegos, y las penas si se cubren no vale lanzarlas ruegos. Toledanos del silencio, sobre llanuras inmensas, que nadie trace desprecio ni busque las horas tensas. Cuando no exista pandemia ni palabras sin sentido, se acabara la tragedia que deja algún pueblo hundido. G X Cantalapiedra.