VILLANUEVA VA PENSANDO
Cuando se rompen abrazos sobre lugares manchegos, se notan los fuertes lazos sin que se busquen los pliegos. Esta pandemia maldita que te deja sobresaltos, a veces corre y se agita para dejarnos sus llantos. Las esperanzas afloran sobre los bonitos campos, algunas veces decoran hasta los sufridos llantos. La epidemia sigue activa, dicen que llegó volando, ella sola se motiva mientras nos deja llorando. Los lamentos se conocen sobre las tierras manchegas, dicen que son tan precoces que las lágrimas las ciegan. Estos días endiablados donde los miedos nos quiebran, les vemos tan delicados que las esperanzas siegan. Sin saber dónde camina, sin entender sus quimeras, la pandemia determina a donde pone fronteras. Luces que marcan las calles, veredas donde despliega, ella sabe de detalles y la salud nos la niega. La pandemia va creciendo, sus alas levantan vuelo, muchas gentes van creyendo que será bueno el consuelo. Cuando las noches terminan sin esperar un desvelo, las luces te determinan que puedes correr un velo. La esperanza sigue viva sin pisar los cementerios, que la suerte se reviva en los minutos más serios. G X Cantalapiedra.
Cuando se rompen abrazos sobre lugares manchegos, se notan los fuertes lazos sin que se busquen los pliegos. Esta pandemia maldita que te deja sobresaltos, a veces corre y se agita para dejarnos sus llantos. Las esperanzas afloran sobre los bonitos campos, algunas veces decoran hasta los sufridos llantos. La epidemia sigue activa, dicen que llegó volando, ella sola se motiva mientras nos deja llorando. Los lamentos se conocen sobre las tierras manchegas, dicen que son tan precoces que las lágrimas las ciegan. Estos días endiablados donde los miedos nos quiebran, les vemos tan delicados que las esperanzas siegan. Sin saber dónde camina, sin entender sus quimeras, la pandemia determina a donde pone fronteras. Luces que marcan las calles, veredas donde despliega, ella sabe de detalles y la salud nos la niega. La pandemia va creciendo, sus alas levantan vuelo, muchas gentes van creyendo que será bueno el consuelo. Cuando las noches terminan sin esperar un desvelo, las luces te determinan que puedes correr un velo. La esperanza sigue viva sin pisar los cementerios, que la suerte se reviva en los minutos más serios. G X Cantalapiedra.