MANCHEGOS EN SUS LLANURAS
En estas fechas de invierno con las miradas tranquilas, viendo el frío tan eterno que desde lejos perfilas. Manchegos que trabajando siguen amando sus vidas, el sudor va complicando estas horas deprimidas. En las inmensas llanuras, donde corren fuertes vientos, se ven hielos con diabluras que arrastran los sufrimientos. Carreteras peligrosas, que pudieran dar locuras, aquí no brillan las rosas, tan solo las amarguras. Estos hielos siberianos que vienen por las llanuras, me parecen poco humanos y no saben de dulzuras. Manchegos que van marcando los trabajos día a día, el campo viene dejando su perfecta sintonía. Las blancuras dejan huella sobre los grandes viñedos, la nieve puede ser bella aunque contiene sus credos. Estos días invernales La Madre Naturaleza, nos deja cosas normales que te quitan la pereza. La pandemia está marcando sus garras que dejan llanto, quiere siempre machacando ir sembrando desencanto. Con las heladas tremendas que puede tener el campo, de poco valen las vendas si se sufre el desencanto. La Madre Naturaleza nos quiere seguir dañando, y vemos su fortaleza que nos deja tiritando. Este frío tan tremendo que deja campos helados, por las noches vamos viendo sus más terribles pecados. Nadie se siente seguro con la pandemia avanzando, vemos el presente oscuro que quiere seguir matando. Villanueva va sintiendo sus viñedos congelados, el aire viene diciendo debéis de estar encerrados. Las fechas siguen deprisa, los fríos las van marcando, de vez en cuando la brisa deja algún sueño truncado. Esperando a la esperanza para seguir avanzando, cada cual vive su danza sin sentirse condenado. Los caminos de La Mancha conocen los tiempos raros, y no temen a la escarcha que puede dejar descaros. G X Cantalapiedra. 11 – 1 – 2021.
En estas fechas de invierno con las miradas tranquilas, viendo el frío tan eterno que desde lejos perfilas. Manchegos que trabajando siguen amando sus vidas, el sudor va complicando estas horas deprimidas. En las inmensas llanuras, donde corren fuertes vientos, se ven hielos con diabluras que arrastran los sufrimientos. Carreteras peligrosas, que pudieran dar locuras, aquí no brillan las rosas, tan solo las amarguras. Estos hielos siberianos que vienen por las llanuras, me parecen poco humanos y no saben de dulzuras. Manchegos que van marcando los trabajos día a día, el campo viene dejando su perfecta sintonía. Las blancuras dejan huella sobre los grandes viñedos, la nieve puede ser bella aunque contiene sus credos. Estos días invernales La Madre Naturaleza, nos deja cosas normales que te quitan la pereza. La pandemia está marcando sus garras que dejan llanto, quiere siempre machacando ir sembrando desencanto. Con las heladas tremendas que puede tener el campo, de poco valen las vendas si se sufre el desencanto. La Madre Naturaleza nos quiere seguir dañando, y vemos su fortaleza que nos deja tiritando. Este frío tan tremendo que deja campos helados, por las noches vamos viendo sus más terribles pecados. Nadie se siente seguro con la pandemia avanzando, vemos el presente oscuro que quiere seguir matando. Villanueva va sintiendo sus viñedos congelados, el aire viene diciendo debéis de estar encerrados. Las fechas siguen deprisa, los fríos las van marcando, de vez en cuando la brisa deja algún sueño truncado. Esperando a la esperanza para seguir avanzando, cada cual vive su danza sin sentirse condenado. Los caminos de La Mancha conocen los tiempos raros, y no temen a la escarcha que puede dejar descaros. G X Cantalapiedra. 11 – 1 – 2021.