EN LA MANCHA TOLEDANA CON HELADAS
Estos días heladores con los campos congelados, van sufriendo podadores entre fríos marginados. En esta tierra manchega donde existen los sudores, mucho frío se despliega incluso sin ver calores. Toledanos con pasiones que se llenan de coraje, tierra que marca ilusiones en su bonito paisaje. Cuando llega la alborada en estos días de invierno, la mente se ve marcada entre el frío tan eterno. Llanuras que son reflejos de viñedos encantados, luces que brillan de lejos como amores olvidados. Caminos que guardan pasos de otros tiempos glamurosos, que pudieron dar fracasos entre los sueños celosos. En La Mancha toledana la claridad es profunda, si amanece la mañana con esa fuerza que abunda. La tierra marca sus sueños que pueden seguir volando, quizá los tiempos risueños si se siguen recordando. Los amores y el destino tienen rumbos muy distintos, cada cual busca su signo sin atender los instintos. Los complejos se terminan cuando las dudas se acaban, ellos solos se eliminan y pueden borrar las trabas. Las noches como testigos de esas llanuras manchegas, donde no se ven castigos y muchos sueños despliegan. Cuando las brisas recorren esas llanuras tan bellas, quizá las penas se borren si miras a las estrellas. Llanuras que van sufriendo las bajas temperaturas, aunque viven comprendiendo que estos tiempos dan diabluras. Labradores de estas tierras donde abundan los viñedos, hay fríos que no se entierran aunque consigan enredos. Cuando afloran las nevadas y los fríos son intensos, las calles quedan heladas dejando momentos tensos. G X Cantalapiedra. 15 – 1 – 2021.
Estos días heladores con los campos congelados, van sufriendo podadores entre fríos marginados. En esta tierra manchega donde existen los sudores, mucho frío se despliega incluso sin ver calores. Toledanos con pasiones que se llenan de coraje, tierra que marca ilusiones en su bonito paisaje. Cuando llega la alborada en estos días de invierno, la mente se ve marcada entre el frío tan eterno. Llanuras que son reflejos de viñedos encantados, luces que brillan de lejos como amores olvidados. Caminos que guardan pasos de otros tiempos glamurosos, que pudieron dar fracasos entre los sueños celosos. En La Mancha toledana la claridad es profunda, si amanece la mañana con esa fuerza que abunda. La tierra marca sus sueños que pueden seguir volando, quizá los tiempos risueños si se siguen recordando. Los amores y el destino tienen rumbos muy distintos, cada cual busca su signo sin atender los instintos. Los complejos se terminan cuando las dudas se acaban, ellos solos se eliminan y pueden borrar las trabas. Las noches como testigos de esas llanuras manchegas, donde no se ven castigos y muchos sueños despliegan. Cuando las brisas recorren esas llanuras tan bellas, quizá las penas se borren si miras a las estrellas. Llanuras que van sufriendo las bajas temperaturas, aunque viven comprendiendo que estos tiempos dan diabluras. Labradores de estas tierras donde abundan los viñedos, hay fríos que no se entierran aunque consigan enredos. Cuando afloran las nevadas y los fríos son intensos, las calles quedan heladas dejando momentos tensos. G X Cantalapiedra. 15 – 1 – 2021.