CUANDO SE BUSCAN RAZONES
La tarde se fue acabando sin darse ninguna cuenta, que la vida iba pasando mientras la suerte te tienta. En aquel baile sonaba la música de la orquesta, en el ambiente flotaba una gran tarde de fiesta. Aquel hombre toledano inmigrante de su tierra, soñaba ser un humano que en ningún momento cierra. Fue buscando las razones, de ver que el pasado resta, y sin buscar conclusiones la duda siempre molesta. En esa tarde de baile con su cabeza despierta, no quiso decir a nadie que su mente tuvo atenta. Una mujer que bailaba y que fue su preferida, muy despacio le largaba para no verse perdida. Sobre la pista de baile con su derrota sufrida, se notó triste y amable en la tarde resentida. Con el alma hecho pedazos, con la moral deprimida, eran sus pasos tortazos que le dejaba su vida. Quiso buscar las razones, de aquella mujer querida, y supo las condiciones de su triste despedida. La noche llegó despacio, el tiempo marcó su herida, en su caminar más lacio no tuvo senda elegida. La noche le fue dejando sus sueños llenos de vida, y al cielo le fue clamando caminar con frente erguida. Aquel toledano airoso, no quiso hablar de su vida, jamás le vi vanidoso ni fue su ruta aplaudida. Cuando se sueñan caminos sin saber dónde terminan, puedes romper ciertos signos que a veces si determinan. Cuando se sueñan amores sin conocer sus derivas, puedes encontrar dolores que casi nunca motivan. Hay razones que te marcan entre frases tormentosas, y palabras que se aparcan por resultar vanidosas. No vale gritar al viento si te ves enamorado, ni perder nunca el aliento si quieres verte encantado. G X Cantalapiedra.
La tarde se fue acabando sin darse ninguna cuenta, que la vida iba pasando mientras la suerte te tienta. En aquel baile sonaba la música de la orquesta, en el ambiente flotaba una gran tarde de fiesta. Aquel hombre toledano inmigrante de su tierra, soñaba ser un humano que en ningún momento cierra. Fue buscando las razones, de ver que el pasado resta, y sin buscar conclusiones la duda siempre molesta. En esa tarde de baile con su cabeza despierta, no quiso decir a nadie que su mente tuvo atenta. Una mujer que bailaba y que fue su preferida, muy despacio le largaba para no verse perdida. Sobre la pista de baile con su derrota sufrida, se notó triste y amable en la tarde resentida. Con el alma hecho pedazos, con la moral deprimida, eran sus pasos tortazos que le dejaba su vida. Quiso buscar las razones, de aquella mujer querida, y supo las condiciones de su triste despedida. La noche llegó despacio, el tiempo marcó su herida, en su caminar más lacio no tuvo senda elegida. La noche le fue dejando sus sueños llenos de vida, y al cielo le fue clamando caminar con frente erguida. Aquel toledano airoso, no quiso hablar de su vida, jamás le vi vanidoso ni fue su ruta aplaudida. Cuando se sueñan caminos sin saber dónde terminan, puedes romper ciertos signos que a veces si determinan. Cuando se sueñan amores sin conocer sus derivas, puedes encontrar dolores que casi nunca motivan. Hay razones que te marcan entre frases tormentosas, y palabras que se aparcan por resultar vanidosas. No vale gritar al viento si te ves enamorado, ni perder nunca el aliento si quieres verte encantado. G X Cantalapiedra.