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EN LAS INMENSAS LLANURAS
En las inmensas llanuras donde el paisaje se pierde, brillan algunas diabluras que nunca las cubre el verde. Llanuras que dejan huellas en esas sendas manchegas, donde se ven las estrellas y más en tiempo de siegas. Por los caminos del viento entre ráfagas de aurora, se conoce el sufrimiento que casi nunca decora. Hay caminos que relucen con sus viñas tentadoras, que al campesino seducen sin buscar las nuevas horas. En las inmensas llanuras de los campos toledanos, ayer volaron locuras entre gestos deshumanos. Contemplar el horizonte entre sonidos lejanos, sin saber si existe monte y si te tiemblan las manos. Por las bonitas llanuras de los campos toledanos, quizá se vieron diabluras entre signos inhumanos, Viejas sombras campesinas, viñedos muy bien cuidados, incluso sin ver encinas veras cereales sembrados. Cuando miras el camino que tus sueños van buscando, nada se vuelve divino si lo vas equivocando, La Mancha tiene caminos que fueron siempre pisados, van algunos adivinos buscando nuevos tinglados. Las llanuras son inmensas, en esos campos cuidados, existen las horas tensas con momentos despistados. Los almendros tienen flores, sus brillos los vas notando, habrá quien soñando amores ve los arboles temblando. Las llanuras borran penas, los vientos pasan de largo, nadie quiere ver condenas en cualquier camino amargo. Caminan los podadores entre los sarmientos largos, el frío marca sudores que nunca darán embargos. Caminando por llanuras sin comprender los halagos, nadie quiere ver diabluras ni beber penosos tragos. Sentir las penas borradas en los momentos amargos, y olvidar cosas pasadas que nadie quiere sus pagos. Estos campos toledanos, cargados de sobresaltos, quieren ver a los hermanos que no quieren falsos llantos. G X Cantalapiedra.
En las inmensas llanuras donde el paisaje se pierde, brillan algunas diabluras que nunca las cubre el verde. Llanuras que dejan huellas en esas sendas manchegas, donde se ven las estrellas y más en tiempo de siegas. Por los caminos del viento entre ráfagas de aurora, se conoce el sufrimiento que casi nunca decora. Hay caminos que relucen con sus viñas tentadoras, que al campesino seducen sin buscar las nuevas horas. En las inmensas llanuras de los campos toledanos, ayer volaron locuras entre gestos deshumanos. Contemplar el horizonte entre sonidos lejanos, sin saber si existe monte y si te tiemblan las manos. Por las bonitas llanuras de los campos toledanos, quizá se vieron diabluras entre signos inhumanos, Viejas sombras campesinas, viñedos muy bien cuidados, incluso sin ver encinas veras cereales sembrados. Cuando miras el camino que tus sueños van buscando, nada se vuelve divino si lo vas equivocando, La Mancha tiene caminos que fueron siempre pisados, van algunos adivinos buscando nuevos tinglados. Las llanuras son inmensas, en esos campos cuidados, existen las horas tensas con momentos despistados. Los almendros tienen flores, sus brillos los vas notando, habrá quien soñando amores ve los arboles temblando. Las llanuras borran penas, los vientos pasan de largo, nadie quiere ver condenas en cualquier camino amargo. Caminan los podadores entre los sarmientos largos, el frío marca sudores que nunca darán embargos. Caminando por llanuras sin comprender los halagos, nadie quiere ver diabluras ni beber penosos tragos. Sentir las penas borradas en los momentos amargos, y olvidar cosas pasadas que nadie quiere sus pagos. Estos campos toledanos, cargados de sobresaltos, quieren ver a los hermanos que no quieren falsos llantos. G X Cantalapiedra.