LOS FANTASMAS DE FEBRERO
Vienen dejando lamentos por los caminos manchegos, hay fantasmas con alientos que jamás sueltan sus ruegos. Fantasmas de madrugada con sonidos lastimeros, alguna voz engañada suelta sus llantos austeros. Los fantasmas de la noche saben de los sufrimientos, y a nada le ponen broche ni viven nunca contentos. Fantasmas llenos de sueños que se pierden sin destino, quizá sufran los empeños que amargan al buen vecino. La Mancha tiene fantasmas, dicen que son mal venidos, en sus terribles proclamas se sienten muy protegidos. Entre voces desgarradas y corazones heridos, van marcando sus andadas en terrenos conocidos. Los fantasmas marcan suelos algunos comprometidos, quisieran seguir los vuelos de los pájaros erguidos. Hay noches con sus fantasmas, entre caminos perdidos, cuando los vientos reclaman los fantasmas son vencidos. Las sombras de los fantasmas quisieran cambiar de signo, no sé cómo son sus camas ni si quieren hilar fino. Los caminos y veredas son penitencias soñadas, si los fantasmas se enredan ven sus horas complicadas. Con bonitas alboradas los fantasmas van contando, en sus pisadas marcadas pudieran ir patinando. Fantasmas de carretera con velocidad vibrando, tienen sus mentes ceguera que les pueden ir restando. Los fantasmas nunca mueren, caminan medio embrujados, ellos dicen que prefieren sus caminos dislocados. No vale soñar despierto, ni mirar hacia otro lado, podemos ver ese muerto que circulo endemoniado. Cuando sobran los fantasmas, cuando todo se ha acabado, no busquemos más las llamas de algún fantasma enterrado. G X Cantalapiedra.
Vienen dejando lamentos por los caminos manchegos, hay fantasmas con alientos que jamás sueltan sus ruegos. Fantasmas de madrugada con sonidos lastimeros, alguna voz engañada suelta sus llantos austeros. Los fantasmas de la noche saben de los sufrimientos, y a nada le ponen broche ni viven nunca contentos. Fantasmas llenos de sueños que se pierden sin destino, quizá sufran los empeños que amargan al buen vecino. La Mancha tiene fantasmas, dicen que son mal venidos, en sus terribles proclamas se sienten muy protegidos. Entre voces desgarradas y corazones heridos, van marcando sus andadas en terrenos conocidos. Los fantasmas marcan suelos algunos comprometidos, quisieran seguir los vuelos de los pájaros erguidos. Hay noches con sus fantasmas, entre caminos perdidos, cuando los vientos reclaman los fantasmas son vencidos. Las sombras de los fantasmas quisieran cambiar de signo, no sé cómo son sus camas ni si quieren hilar fino. Los caminos y veredas son penitencias soñadas, si los fantasmas se enredan ven sus horas complicadas. Con bonitas alboradas los fantasmas van contando, en sus pisadas marcadas pudieran ir patinando. Fantasmas de carretera con velocidad vibrando, tienen sus mentes ceguera que les pueden ir restando. Los fantasmas nunca mueren, caminan medio embrujados, ellos dicen que prefieren sus caminos dislocados. No vale soñar despierto, ni mirar hacia otro lado, podemos ver ese muerto que circulo endemoniado. Cuando sobran los fantasmas, cuando todo se ha acabado, no busquemos más las llamas de algún fantasma enterrado. G X Cantalapiedra.