AQUELLOS TIEMPOS DE PANDEMIA 1918.
Fueron años de tragedia por los caminos del mundo, nadie buscó la comedia al ver el presente agudo. Mil novecientos dieciocho, aquella peste maldita, nadie se sintió dichoso y alguna mente palpita. Animales que murieron sin conocer las razones, personas que fallecieron en distintas conclusiones. Dos años de mala vida con la sufrida pandemia, mucha memoria perdida en tan penosa tragedia. Fueron muchas las personas con humanos infantiles, que terminaron en comas y murieron sin perfiles. Dos años de mala peste por los distintos caminos, alguna historia que reste sabe de penosos signos. Las pandemias aflorando vienen dejando sus muertos, en sus marchas tan callando nunca nos hablan de aciertos. Son castigos sin fronteras, anulando libertades, son los virus sin barreras que dejan sus mortandades. La ciencia busca remedios en estos casos fatales, no sirven los intermedios con sus frases anormales. Los humanos castigados por los virus asesinos, que quieren vernos dañados y anular muchos caminos. Pasan los siglos con penas, dejando sueños perdidos, los virus trazan condenas en humanos elegidos. El mañana nos espera para darnos conclusiones, hablaran de primavera con sus malas sensaciones. La libertad nos la niegan estos virus horrorosos, y las razones se pliegan en momentos temerosos. La ciencia sigue luchando para aliviar las desgracias, y a veces vemos temblando que existen las mentes lacias. Esta pandemia maldita que no quiere abandonarnos, sobre la gente palpita para poder engañarnos. Viviremos esperando que cambie nuestro destino, para seguir caminando si maldecir nuestro signo. G X Cantalapiedra.
Fueron años de tragedia por los caminos del mundo, nadie buscó la comedia al ver el presente agudo. Mil novecientos dieciocho, aquella peste maldita, nadie se sintió dichoso y alguna mente palpita. Animales que murieron sin conocer las razones, personas que fallecieron en distintas conclusiones. Dos años de mala vida con la sufrida pandemia, mucha memoria perdida en tan penosa tragedia. Fueron muchas las personas con humanos infantiles, que terminaron en comas y murieron sin perfiles. Dos años de mala peste por los distintos caminos, alguna historia que reste sabe de penosos signos. Las pandemias aflorando vienen dejando sus muertos, en sus marchas tan callando nunca nos hablan de aciertos. Son castigos sin fronteras, anulando libertades, son los virus sin barreras que dejan sus mortandades. La ciencia busca remedios en estos casos fatales, no sirven los intermedios con sus frases anormales. Los humanos castigados por los virus asesinos, que quieren vernos dañados y anular muchos caminos. Pasan los siglos con penas, dejando sueños perdidos, los virus trazan condenas en humanos elegidos. El mañana nos espera para darnos conclusiones, hablaran de primavera con sus malas sensaciones. La libertad nos la niegan estos virus horrorosos, y las razones se pliegan en momentos temerosos. La ciencia sigue luchando para aliviar las desgracias, y a veces vemos temblando que existen las mentes lacias. Esta pandemia maldita que no quiere abandonarnos, sobre la gente palpita para poder engañarnos. Viviremos esperando que cambie nuestro destino, para seguir caminando si maldecir nuestro signo. G X Cantalapiedra.