ARRIEROS POR LOS CAMINOS MANCHEGOS
Sombras de viejos arrieros que sudaron sus camisas, como buenos carreteros conocieron bien las brisas. Atravesaron los llanos entre calores muy fuertes, y fueron serios humanos respetándoles las gentes. Transportando los productos por las llanuras manchegas, conociendo ciertos sustos con muchas tormentas ciegas. En diferentes posadas durmieron profundos sueños, siendo duras sus andadas para no vivir empeños. Por las manchegas llanuras pasaron muchas jornadas, conociendo las diabluras de posadas embrujadas. Con los fríos invernales caminaron sin descanso, en sus días naturales buscaron siempre un remanso. Acémilas que trotando pisaron muchos caminos, donde fueron transportando incluso los buenos vinos. Arrieros llenos de vida entre pasos diligentes, carros con senda elegida que respetaron ambientes. Caballos de mucha fuerza para seguir transportando, rompiendo con la pereza de lugares olvidados. Carros de yugo en espera, la carga sigue marcando, quizá con la primavera el viento no va dañando. Arrieros que sin complejos apenas tuvieron trajes, en las distancias tan lejos no precisaron anclajes. La Mancha con sus llanuras siempre el arriero adoraba, sin hablarnos de locuras por caminos transportaba. Años de viejas pasiones, con sus bonitas paradas, hombres llenos de razones que supieron de rodadas. Caminaron por caminos con sus carros transitaban, como arrieros con destinos a los lugares llegaban. Historias que fueron muchas en esas largas jornadas, apenas si vieron duchas en las ventas y posadas. Arrieros que nos dejaron muchas sendas complicadas, algunos que se alejaron nunca marcaron andadas. Arrieros que fueron duros sin explicar sus moradas, aquellos tiempos oscuros tuvieron horas pesadas. UN HOMENAJE AQUELLOS HOMBRES, QUE RECORRIERON LA MANCHA DE LADO A LADO, SIN DARSE NUNCA IMPORTANCIA. G X Cantalapiedra.
Sombras de viejos arrieros que sudaron sus camisas, como buenos carreteros conocieron bien las brisas. Atravesaron los llanos entre calores muy fuertes, y fueron serios humanos respetándoles las gentes. Transportando los productos por las llanuras manchegas, conociendo ciertos sustos con muchas tormentas ciegas. En diferentes posadas durmieron profundos sueños, siendo duras sus andadas para no vivir empeños. Por las manchegas llanuras pasaron muchas jornadas, conociendo las diabluras de posadas embrujadas. Con los fríos invernales caminaron sin descanso, en sus días naturales buscaron siempre un remanso. Acémilas que trotando pisaron muchos caminos, donde fueron transportando incluso los buenos vinos. Arrieros llenos de vida entre pasos diligentes, carros con senda elegida que respetaron ambientes. Caballos de mucha fuerza para seguir transportando, rompiendo con la pereza de lugares olvidados. Carros de yugo en espera, la carga sigue marcando, quizá con la primavera el viento no va dañando. Arrieros que sin complejos apenas tuvieron trajes, en las distancias tan lejos no precisaron anclajes. La Mancha con sus llanuras siempre el arriero adoraba, sin hablarnos de locuras por caminos transportaba. Años de viejas pasiones, con sus bonitas paradas, hombres llenos de razones que supieron de rodadas. Caminaron por caminos con sus carros transitaban, como arrieros con destinos a los lugares llegaban. Historias que fueron muchas en esas largas jornadas, apenas si vieron duchas en las ventas y posadas. Arrieros que nos dejaron muchas sendas complicadas, algunos que se alejaron nunca marcaron andadas. Arrieros que fueron duros sin explicar sus moradas, aquellos tiempos oscuros tuvieron horas pesadas. UN HOMENAJE AQUELLOS HOMBRES, QUE RECORRIERON LA MANCHA DE LADO A LADO, SIN DARSE NUNCA IMPORTANCIA. G X Cantalapiedra.