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VILLANUEVA DE ALCARDETE: AQUEL MANCHEGO ME COMENTABA...

AQUEL MANCHEGO ME COMENTABA
Entre las palabras buenas y sus alcances pensando, hay frases que guardan penas y las sigues recordando. Aquel manchego me hablaba de las cosas de esa tierra, y en su verso se notaba lo que la conciencia encierra. Le escuché con mucho agrado, para notar su penumbra, al ser hombre bien llegado con su verso te deslumbra. Por los caminos manchegos logró buscarse la vida, sin tener que pasar ruegos ni la triste despedida. Palabras que son normales entre muchos inmigrantes, con ciertas horas fatales y sus trabajos constantes. Me comentó de sus penas entre brisas otoñales, sin hablarme de condenas buscó las sendas normales. Su tierra la lleva dentro como cualquier inmigrante, siendo La Mancha su centro y su lugar más brillante. Una noche comentando la vida del campesino, quizá le sentí llorando al ver penoso su signo. Sin maldecir el pasado ni soñar con aventuras, en su mundo imaginado quiso lograr más dulzuras. Sus fuertes manos callosas las vi temblando una noche, me habló de bonitas rosas sin pensar en el derroche. Una mujer en La Mancha para seguir recordando, un nombre que siempre engancha con la que duermes soñando. Sus ojos de buen manchego brillaban buscando vida, eran frases de hasta luego en cualquiera despedida. Amarrado a sus costumbres y sus ecos de la tierra, quizá sus frases descubren lo que en la muerte se entierra. Las luces de madrugada eran caminos sentidos, en la bonita alborada caminamos siempre erguidos. La Mancha tiene raíces que se llevan en el alma, dicen que son cicatrices que a veces te dan la calma. Los caminos de llanuras es imposible olvidarlos, hablan de viejas diabluras cuando quieres recordarlos. Para sentir los caminos que La Mancha va cuidando, no precisas adivinos si los sigues recordando. Las palabras van volando por las llanuras manchegas, y el viento se va llevando las frases que no se pliegan.
G X Cantalapiedra.