UN DÍA LLEGÓ UN POETA
Aquel lugar de La Mancha llegó un poeta sin prisa, y en su memoria se engancha dejándole su sonrisa. Entre pasos solidarios visitando el Cementerio, supo de ciertos calvarios con algún reflejo serio. Entre versos recorriendo aquellos ciertos lugares, en el paisaje sintiendo lo bueno de sus hogares. Don Quijote y Dulcinea quiso ver en sus andadas, en alguna chimenea notó cosas olvidadas. Por las llanuras manchegas quiso saber de locuras, en sus frases se despegan palabras que son dulzuras. Aquel poeta caminando pensó conocer su historia, a veces notó soñando las llanuras con memoria. Caminos con caminantes, viñedos llenos de vida, pastores no comediantes que buscan tierra elegida. Con La Mancha por delante entre sus grandes llanuras, la vida sigue adelante sin querer notar diabluras. Versos que siguen caminos sin tener falsos amantes, esta tierra tiene signos de conocer comediantes. Llanuras donde se pierden los caballos galopantes, molinos que no se venden ni quieren ser comerciantes. Los versos del caminante se pierden en sus locuras, aquel Don Quijote errante quizá marcó las diabluras. Cuando la tierra nos grita, con sus ecos dominantes, el corazón nos palpita y teme brisas constantes. La Mancha tiene razones de ser tierra de cantares, donde se ven emociones que alegran muchos hogares. Poetas que vienen buscando los caminos superiores, el viento les va gritando como viejos profesores. Aires que llegan marcando a las mentes prodigiosas, las tardes se van llevando a muchas horas dichosas. Los versos por las llanuras parece que van volando, algunas nuevas locuras dicen que van implorando. Dejar que llegue la noche entre brisas de esperanzas, que nadie le ponga broche a esta tierra de templanzas. Los versos del caminante siguen por ciertos caminos, La Mancha siempre es amante de sus momentos más finos. G X Cantalapiedra.
Aquel lugar de La Mancha llegó un poeta sin prisa, y en su memoria se engancha dejándole su sonrisa. Entre pasos solidarios visitando el Cementerio, supo de ciertos calvarios con algún reflejo serio. Entre versos recorriendo aquellos ciertos lugares, en el paisaje sintiendo lo bueno de sus hogares. Don Quijote y Dulcinea quiso ver en sus andadas, en alguna chimenea notó cosas olvidadas. Por las llanuras manchegas quiso saber de locuras, en sus frases se despegan palabras que son dulzuras. Aquel poeta caminando pensó conocer su historia, a veces notó soñando las llanuras con memoria. Caminos con caminantes, viñedos llenos de vida, pastores no comediantes que buscan tierra elegida. Con La Mancha por delante entre sus grandes llanuras, la vida sigue adelante sin querer notar diabluras. Versos que siguen caminos sin tener falsos amantes, esta tierra tiene signos de conocer comediantes. Llanuras donde se pierden los caballos galopantes, molinos que no se venden ni quieren ser comerciantes. Los versos del caminante se pierden en sus locuras, aquel Don Quijote errante quizá marcó las diabluras. Cuando la tierra nos grita, con sus ecos dominantes, el corazón nos palpita y teme brisas constantes. La Mancha tiene razones de ser tierra de cantares, donde se ven emociones que alegran muchos hogares. Poetas que vienen buscando los caminos superiores, el viento les va gritando como viejos profesores. Aires que llegan marcando a las mentes prodigiosas, las tardes se van llevando a muchas horas dichosas. Los versos por las llanuras parece que van volando, algunas nuevas locuras dicen que van implorando. Dejar que llegue la noche entre brisas de esperanzas, que nadie le ponga broche a esta tierra de templanzas. Los versos del caminante siguen por ciertos caminos, La Mancha siempre es amante de sus momentos más finos. G X Cantalapiedra.