LAS ACÉMILAS EN LA MANCHA
Con su fuerza interesante
labraron campos gozosos,
en su labor tan constante
vivieron tiempos dudosos.
Muchos barbechos cuidaron
lo mismo que los viñedos,
sus labores empezaron
por solventar los enredos.
Mulas de carga y labores
en las llanuras manchegas,
fueron los trabajadores
los que pusieron sus ruegos.
Acémilas que sudando
ayudaron a labriegos,
los campos fueron labrando
entre sus trabajos ciegos.
Acémilas en las norias
para fomentar el riego,
trabajaron sin ver glorias
y sin usar ningún pliego.
La Mancha marcó caminos
con sus carros y carreros,
mulas dejando sus signos
en manos de los muleros.
Sombras de viejas jornadas,
en campos de sol y fuego,
mulas que fueron cuidadas
sin entender hasta luego.
Por La Mancha cabalgando
dicen que van los muleros,
las acémilas marcando
sus caminos verdaderos.
Vinieron grandes tractores,
las acémilas murieron,
pobres aquellos señores
que siempre fueron arrieros.
G X Cantalapiedra.
Con su fuerza interesante
labraron campos gozosos,
en su labor tan constante
vivieron tiempos dudosos.
Muchos barbechos cuidaron
lo mismo que los viñedos,
sus labores empezaron
por solventar los enredos.
Mulas de carga y labores
en las llanuras manchegas,
fueron los trabajadores
los que pusieron sus ruegos.
Acémilas que sudando
ayudaron a labriegos,
los campos fueron labrando
entre sus trabajos ciegos.
Acémilas en las norias
para fomentar el riego,
trabajaron sin ver glorias
y sin usar ningún pliego.
La Mancha marcó caminos
con sus carros y carreros,
mulas dejando sus signos
en manos de los muleros.
Sombras de viejas jornadas,
en campos de sol y fuego,
mulas que fueron cuidadas
sin entender hasta luego.
Por La Mancha cabalgando
dicen que van los muleros,
las acémilas marcando
sus caminos verdaderos.
Vinieron grandes tractores,
las acémilas murieron,
pobres aquellos señores
que siempre fueron arrieros.
G X Cantalapiedra.