TODO TENÍA SU PRECIO
Andando por los caminos como cualquier misionero, esperando que sus signos le dieran mucho dinero. La vida tiene sus retos, muchos con falsos momentos, que parecieron inquietos y solos ven sufrimientos. Aquel joven fue buscando, jornadas que llevo el viento, por detrás se fue quedando ciertos raros pensamientos. Amarrado a su memoria, con la esperanza en el tiempo, soñando lograr la gloria que se voló con el viento. El dinero no llegaba, su caminar fue sufriendo, sobre la noche pensaba lo mucho que iba perdiendo. Fue cambiando de caminos, entre sueños pasajeros, sin entender de adivinos odiaba a los embusteros. En las noches misteriosas cuando suspira el recuerdo, hay palabras vanidosas que se pierden en su credo. Los años fueron pasando y con ellos ciertos sueños, los problemas aumentando en los momentos de empeños. La mente le fue dejando sombras de ser embustero, y se marchó suspirando al verse sin el dinero. Sus pasos fueron quebrando, era dudoso su enredo, la noche le fue marcando con penumbra y desconsuelo. El precio de su fracaso le arrastraba por el suelo, sin conocer bien su paso nadie le daba consuelo. Todo se fue marchitando, su vivir quedó sin cielo, el viento le fue gritando mientras lloraba en el suelo. Soñando grandes fortunas, era esclavo del dinero, atrás quedaron las lunas de aquel pobre jornalero. Sus mañanas eran duras, sus pensamientos raseros, muchas jornadas a oscuras vieron sus signos fuleros. No le grites a la Luna, ni busques nuevos senderos, no podrás tener fortuna con tus sueños trafulleros. Se fue de largo tu vida, ya no es tuyo ese sendero, por detrás quedó perdida la sombra de algún dinero. G X Cantalapiedra.
Andando por los caminos como cualquier misionero, esperando que sus signos le dieran mucho dinero. La vida tiene sus retos, muchos con falsos momentos, que parecieron inquietos y solos ven sufrimientos. Aquel joven fue buscando, jornadas que llevo el viento, por detrás se fue quedando ciertos raros pensamientos. Amarrado a su memoria, con la esperanza en el tiempo, soñando lograr la gloria que se voló con el viento. El dinero no llegaba, su caminar fue sufriendo, sobre la noche pensaba lo mucho que iba perdiendo. Fue cambiando de caminos, entre sueños pasajeros, sin entender de adivinos odiaba a los embusteros. En las noches misteriosas cuando suspira el recuerdo, hay palabras vanidosas que se pierden en su credo. Los años fueron pasando y con ellos ciertos sueños, los problemas aumentando en los momentos de empeños. La mente le fue dejando sombras de ser embustero, y se marchó suspirando al verse sin el dinero. Sus pasos fueron quebrando, era dudoso su enredo, la noche le fue marcando con penumbra y desconsuelo. El precio de su fracaso le arrastraba por el suelo, sin conocer bien su paso nadie le daba consuelo. Todo se fue marchitando, su vivir quedó sin cielo, el viento le fue gritando mientras lloraba en el suelo. Soñando grandes fortunas, era esclavo del dinero, atrás quedaron las lunas de aquel pobre jornalero. Sus mañanas eran duras, sus pensamientos raseros, muchas jornadas a oscuras vieron sus signos fuleros. No le grites a la Luna, ni busques nuevos senderos, no podrás tener fortuna con tus sueños trafulleros. Se fue de largo tu vida, ya no es tuyo ese sendero, por detrás quedó perdida la sombra de algún dinero. G X Cantalapiedra.