CRUCE LA MANCHA EL MES DE JULIO
Eran las cuatro de la tarde de aquel mes de julio de 1970, el calor era agobiante, el coche que conducía era un SEAT, 1500, con motor diesel Barreiros C, 60, circulaba camino de Cartagena, pero el calor apretaba, y en cierto momento tuve que cerrar los corta vientos, que aquel modelo tenia, ya que no existía entonces coches españoles con aire acondicionado. Recuerdo bien que pase por Ocaña y el calor iba en aumento, al llegar a Pedroñeras, vi gente que con sombrero arrancaba ajos, mientras hacían gavillas en sus fincas, Pensé aquella tarde que terminaría abrasado, más sobre las siete de la tarde pudimos llegar a Albacete, donde paramos en una cafetería, y pudimos tomar algún refresco, y lavarnos la cara en su servicio, después de estar allí parados como un cuarto de hora, continuamos camino para Cartagena. Al subir la cuesta que tenemos para ir desde Murcia a Cartagena, recuerdo que los grillos, eran un sonido atronador, parecía como si los rodamientos del coche que yo conducía, se hubieran vuelto locos, así y todo pude llegar sobre las nueve y pico de la noche, anocheciendo, ya que entonces era una hora menos, a Cartagena y su Puerto, donde contemple el submarino de Isaac Peral, y de nuevo regresé a Madrid, para pasar esa tierra tan llana y calurosa, que es y fue La Mancha, Cruce esa tierra de madrugada, no note tanto calor, pero su ambiente de verano se notaba, la agricultura de entonces era más atrasada, Aunque aquella tarde de ida, vi alguna cosechadora funcionando, Los llanos en la lejanía, tenían como ondas de calores, que se perdían sobre el territorio, Son memorias y reflejos que nunca olvide, y aunque cruce La Mancha el año 1967, en tren, no comprendía la hermosura de esas llanuras inmensas. Que en esa ocasión llegue hasta Algeciras. Los recuerdos de la juventud, se quedan para siempre en la mente, y pienso que los llevas encima hasta que falleces, o tienes una enfermedad que te anula como ser humano. No es ese mi caso, de momento, nadie sabe su futuro, y en estos tiempos que estamos pasando, posiblemente tengamos más problemas de salud, espero que no sea así, y podamos caminar con la mente despierta. G X Cantalapiedra.
Eran las cuatro de la tarde de aquel mes de julio de 1970, el calor era agobiante, el coche que conducía era un SEAT, 1500, con motor diesel Barreiros C, 60, circulaba camino de Cartagena, pero el calor apretaba, y en cierto momento tuve que cerrar los corta vientos, que aquel modelo tenia, ya que no existía entonces coches españoles con aire acondicionado. Recuerdo bien que pase por Ocaña y el calor iba en aumento, al llegar a Pedroñeras, vi gente que con sombrero arrancaba ajos, mientras hacían gavillas en sus fincas, Pensé aquella tarde que terminaría abrasado, más sobre las siete de la tarde pudimos llegar a Albacete, donde paramos en una cafetería, y pudimos tomar algún refresco, y lavarnos la cara en su servicio, después de estar allí parados como un cuarto de hora, continuamos camino para Cartagena. Al subir la cuesta que tenemos para ir desde Murcia a Cartagena, recuerdo que los grillos, eran un sonido atronador, parecía como si los rodamientos del coche que yo conducía, se hubieran vuelto locos, así y todo pude llegar sobre las nueve y pico de la noche, anocheciendo, ya que entonces era una hora menos, a Cartagena y su Puerto, donde contemple el submarino de Isaac Peral, y de nuevo regresé a Madrid, para pasar esa tierra tan llana y calurosa, que es y fue La Mancha, Cruce esa tierra de madrugada, no note tanto calor, pero su ambiente de verano se notaba, la agricultura de entonces era más atrasada, Aunque aquella tarde de ida, vi alguna cosechadora funcionando, Los llanos en la lejanía, tenían como ondas de calores, que se perdían sobre el territorio, Son memorias y reflejos que nunca olvide, y aunque cruce La Mancha el año 1967, en tren, no comprendía la hermosura de esas llanuras inmensas. Que en esa ocasión llegue hasta Algeciras. Los recuerdos de la juventud, se quedan para siempre en la mente, y pienso que los llevas encima hasta que falleces, o tienes una enfermedad que te anula como ser humano. No es ese mi caso, de momento, nadie sabe su futuro, y en estos tiempos que estamos pasando, posiblemente tengamos más problemas de salud, espero que no sea así, y podamos caminar con la mente despierta. G X Cantalapiedra.