CAMINANDO POR LA MANCHA TOLEDANA
Caminando sin descanso
fueron muchos segadores,
que buscaban su remanso
pensando en buenos amores.
Segadores toledanos
con sus sombreros de paja,
fueron duros sus veranos
al ser el tiempo una alhaja.
Con las hoces afiladas
y su tez muy renegrida,
no fueron horas marcadas
pero si muy conseguidas.
Surcos llenos de pasiones
entre viñedos floridos,
donde las buenas razones
eran trabajos seguidos.
Los cereales fueron frutos
muchos años cotizados,
hoy les vemos absolutos
sobre los campos sembrados.
En esas grandes llanuras
los hoces fueron segando,
sin pensar en las locuras
que los calores van dando.
Tiempos duros y sufridos
para muchos segadores.
que no se vieron vencidos
esperando a sus amores,
Los rastrojos recordados
por sus siegas fabulosas,
fueron hombres admirados
sin ver fiestas ni otras cosas.
Por las eras caminaban
entre cereales trillados,
sus pisadas se llevaban
muchos sueños encantados.
G X Cantalapiedra.
Caminando sin descanso
fueron muchos segadores,
que buscaban su remanso
pensando en buenos amores.
Segadores toledanos
con sus sombreros de paja,
fueron duros sus veranos
al ser el tiempo una alhaja.
Con las hoces afiladas
y su tez muy renegrida,
no fueron horas marcadas
pero si muy conseguidas.
Surcos llenos de pasiones
entre viñedos floridos,
donde las buenas razones
eran trabajos seguidos.
Los cereales fueron frutos
muchos años cotizados,
hoy les vemos absolutos
sobre los campos sembrados.
En esas grandes llanuras
los hoces fueron segando,
sin pensar en las locuras
que los calores van dando.
Tiempos duros y sufridos
para muchos segadores.
que no se vieron vencidos
esperando a sus amores,
Los rastrojos recordados
por sus siegas fabulosas,
fueron hombres admirados
sin ver fiestas ni otras cosas.
Por las eras caminaban
entre cereales trillados,
sus pisadas se llevaban
muchos sueños encantados.
G X Cantalapiedra.