VAN CABALLOS GALOPANDO POR LAS LLANURAS MANCHEGAS.
Hoy son caballos de acero los que llegan galopando, con sus motores ligeros quisieran seguir volando. Las carreteras testigos de aquellos viejos galopes, donde quizá los mendigos conocieron los fantoches. Galopando por La Mancha, lo mismo que Don Quijote, el horizonte se ensancha entre los alegres brotes. Algún fantasma al volante, que quiere llegar al cielo, con su motor arrogante no quiere tocar el suelo. Los caballos galopando todos mirándole al cielo, los viñedos van notando que La Mancha da consuelo. Corren vientos imperiales, sueñan con trotes ligeros, los galopes naturales fueron momentos de arrieros. Cuantos caballos de acero recorren esa meseta, algún cardo borriquero hoy tiene su marcha inquieta. Hay caminos en La Mancha que conocieron galopes, cuando la historia se ensancha se notan sueños precoces. Ha galopar hasta el cielo con esperanzas manchegas, que nadie se ponga un velo si las carreteras riegan. A galopar sin descanso que vienen grandes calores, el paisaje que ves manso puede derrochar candores. Ya los caballos relinchan sobre las grandes llanuras, y algunas ruedas se pinchan sufriendo ciertas diabluras. Galopando por La Mancha para vivir emociones, nunca detengas tu marcha si buscas más sensaciones. Por los rasos de la Mancha vienen caballos con prisa, y el corazón se me ensancha al ver que corre una brisa. Vamos caballo al galope, no te canses ni te rindas, si alguna vez vas al trote debes de coger las bridas. Los caballeros manchegos que conocen sus llanuras, no quieren lanzar hoy ruegos ni comentar si hay locuras.
G X Cantalapiedra.
Hoy son caballos de acero los que llegan galopando, con sus motores ligeros quisieran seguir volando. Las carreteras testigos de aquellos viejos galopes, donde quizá los mendigos conocieron los fantoches. Galopando por La Mancha, lo mismo que Don Quijote, el horizonte se ensancha entre los alegres brotes. Algún fantasma al volante, que quiere llegar al cielo, con su motor arrogante no quiere tocar el suelo. Los caballos galopando todos mirándole al cielo, los viñedos van notando que La Mancha da consuelo. Corren vientos imperiales, sueñan con trotes ligeros, los galopes naturales fueron momentos de arrieros. Cuantos caballos de acero recorren esa meseta, algún cardo borriquero hoy tiene su marcha inquieta. Hay caminos en La Mancha que conocieron galopes, cuando la historia se ensancha se notan sueños precoces. Ha galopar hasta el cielo con esperanzas manchegas, que nadie se ponga un velo si las carreteras riegan. A galopar sin descanso que vienen grandes calores, el paisaje que ves manso puede derrochar candores. Ya los caballos relinchan sobre las grandes llanuras, y algunas ruedas se pinchan sufriendo ciertas diabluras. Galopando por La Mancha para vivir emociones, nunca detengas tu marcha si buscas más sensaciones. Por los rasos de la Mancha vienen caballos con prisa, y el corazón se me ensancha al ver que corre una brisa. Vamos caballo al galope, no te canses ni te rindas, si alguna vez vas al trote debes de coger las bridas. Los caballeros manchegos que conocen sus llanuras, no quieren lanzar hoy ruegos ni comentar si hay locuras.
G X Cantalapiedra.