Luz ahora: 0,00332 €/kWh
EL VERANO DEL AÑO DE 1945
Estaba terminando la Segunda Guerra Mundial, los americanos esperaban lanzar sus bombas atómicas sobre Japón, en las primeras fechas de aquel mes de junio, y en estos días de finales de mayo, se empezó a segar lo poco de aquella cosecha, que fue azotada por una sequía inmensa, Los sembrados de aquel año, hubo muchos que no pudieron segarse, ya que no habían espigado, fue una cosecha maldita, y el año fue llamado el del hambre. Ya que fue el pan, el aceite, la leche condensada, incluso el tabaco, fueron racionados, y la vida fue muy dura, incluso mucho más para las gentes que vivían en capitales, si no tenían bastante dinero, y pudieron comprar en el estraperlo vivires y harina. Estas historias nos fueron muy repetidas a los niños de entonces, Hoy día los que quedamos de aquella época somos mayores, pero tenemos metido en la mente, todas aquellas peripecias que tanta hambruna dejaron, hemos oído contar a nuestros padres, como hubo hombres y mujeres que fallecieron por mala alimentación, y las reatas de pobres desheredados, que andaban por los caminos de España, pidiendo limosna para comer incluso pan duro.
Estas fechas de finales de mayo, ya se preveía que el invierno seria fatal, como así fue, siendo la emigración hacia América latina, una salida para muchas personas, que se veían llevados a la pobreza más absoluta. Llegaron a ser dos millones de españoles, los que abandonaron nuestra patria, para salir del camino de tan triste pobreza. Hoy día les compadezco a los ucranianos, que se ven llevados al exilio forzoso. Con una guerra que parece interminable, donde su economía puede resultar fatal. Deseo suerte a ese país de Europa, que está batallando por su libertad, sin poder remediar tan trágico desastre. G X Cantalapiedra.
Estaba terminando la Segunda Guerra Mundial, los americanos esperaban lanzar sus bombas atómicas sobre Japón, en las primeras fechas de aquel mes de junio, y en estos días de finales de mayo, se empezó a segar lo poco de aquella cosecha, que fue azotada por una sequía inmensa, Los sembrados de aquel año, hubo muchos que no pudieron segarse, ya que no habían espigado, fue una cosecha maldita, y el año fue llamado el del hambre. Ya que fue el pan, el aceite, la leche condensada, incluso el tabaco, fueron racionados, y la vida fue muy dura, incluso mucho más para las gentes que vivían en capitales, si no tenían bastante dinero, y pudieron comprar en el estraperlo vivires y harina. Estas historias nos fueron muy repetidas a los niños de entonces, Hoy día los que quedamos de aquella época somos mayores, pero tenemos metido en la mente, todas aquellas peripecias que tanta hambruna dejaron, hemos oído contar a nuestros padres, como hubo hombres y mujeres que fallecieron por mala alimentación, y las reatas de pobres desheredados, que andaban por los caminos de España, pidiendo limosna para comer incluso pan duro.
Estas fechas de finales de mayo, ya se preveía que el invierno seria fatal, como así fue, siendo la emigración hacia América latina, una salida para muchas personas, que se veían llevados a la pobreza más absoluta. Llegaron a ser dos millones de españoles, los que abandonaron nuestra patria, para salir del camino de tan triste pobreza. Hoy día les compadezco a los ucranianos, que se ven llevados al exilio forzoso. Con una guerra que parece interminable, donde su economía puede resultar fatal. Deseo suerte a ese país de Europa, que está batallando por su libertad, sin poder remediar tan trágico desastre. G X Cantalapiedra.