Estos días de junio que solo buscan calores, anuncian el plenilunio entre sufridos sudores. Sin mirar al alto cielo ni pensar en noches largas, en junio llega el consuelo de borrar noches amargas. Los caminos del infierno suelen ser comprometidos, no existe dolor eterno ni en los sueños extinguidos. Por los caminos manchegos, el viento llega corriendo, nadie comenta sus pliegos ni quiere seguir fingiendo. G X Cantalapiedra.