DÍA- 4 – 9 – 2022:
LA SOLEDAD DE LAS PERSONAS MAYORES:
Este verano he notado más que nunca como las personas mayores están muy solas y necesitan hablar con el primero que se encontraba en la, calle o en el super, pero lo que más me impresiono fue, uno de los días que estando yo en la playa, una señora se sentó a mi lado y me contó su vida, la pregunte si tenía familia, sí, me contesto tengo hijos y nietos, por cierto he quedado con mis nietas son gemelas, me quieren mucho me han dicho que no me meta al agua por si me caigo que ellas se bañaran conmigo, y que después me invitaran a comer, y así pasaremos el día juntas, hablaba sin parar de sus nietas pero pasaba el tiempo y las nietas no aparecían, estaba muy nerviosa, por fin aparecieron ya no eran unas niñas tenían dieciocho años (a esa edad ya sabes lo que haces) la señora al verlas me dijo mira están son mis nietas ellas al ver a la abuela, la dijeron muy despectivamente, que haces aquí vete a casa, ellas siguieron caminando y la abuela detrás, parecía un perrillo, como no podía seguirlas las llamaba pero no se dignaron en volver la cabeza, aquello me causo una sensación muy desoladora, cuando me contó su vida no me pareció que estuviera mal, sino que necesitaba hablar y sobre todo la compañía de su familia, la vida es demasiado bella, y no se le puede dar la espalda a tus mayores ni avergonzarse de ellos, nunca deberíamos olvidarnos de dónde venimos por muy bien que nos vaya, nuestras raíces tienen que estar por encima de todo:
ROSARIO FAJARDO BLANCO:
LA SOLEDAD DE LAS PERSONAS MAYORES:
Este verano he notado más que nunca como las personas mayores están muy solas y necesitan hablar con el primero que se encontraba en la, calle o en el super, pero lo que más me impresiono fue, uno de los días que estando yo en la playa, una señora se sentó a mi lado y me contó su vida, la pregunte si tenía familia, sí, me contesto tengo hijos y nietos, por cierto he quedado con mis nietas son gemelas, me quieren mucho me han dicho que no me meta al agua por si me caigo que ellas se bañaran conmigo, y que después me invitaran a comer, y así pasaremos el día juntas, hablaba sin parar de sus nietas pero pasaba el tiempo y las nietas no aparecían, estaba muy nerviosa, por fin aparecieron ya no eran unas niñas tenían dieciocho años (a esa edad ya sabes lo que haces) la señora al verlas me dijo mira están son mis nietas ellas al ver a la abuela, la dijeron muy despectivamente, que haces aquí vete a casa, ellas siguieron caminando y la abuela detrás, parecía un perrillo, como no podía seguirlas las llamaba pero no se dignaron en volver la cabeza, aquello me causo una sensación muy desoladora, cuando me contó su vida no me pareció que estuviera mal, sino que necesitaba hablar y sobre todo la compañía de su familia, la vida es demasiado bella, y no se le puede dar la espalda a tus mayores ni avergonzarse de ellos, nunca deberíamos olvidarnos de dónde venimos por muy bien que nos vaya, nuestras raíces tienen que estar por encima de todo:
ROSARIO FAJARDO BLANCO: